Opinión

Los tiempos del contrabando

Un estudioso de Bande ha decidido hurgar en los pormenores del contrabando en la raia, sobre todo en la etapa abarcada por el franquismo. El estraperlo constituyó una forma de vida para mucha gente que carecía de lo más básico, además de un medio de aprovisionamiento de productos escasos, por racionados, por caros y hasta por inexistentes. Todo ello, evidentemente, de forma ilegal, aunque para la gente de la zona y fuera de ella, la ilicitud de la actividad no le confería connotación negativa en absoluto.

Hace unos ya unos años, una maestra destinada en uno de esos pueblos del lado español de la raia, llevada por el afán de explicar a los alumnos el contexto y el entorno en el que se criaban, decidió hablar del contrabando. Y así fue deshilachando el tráfico negro de mercancías de un lado a otro, con gran atención de los pequeños. Tan bien debió explicarlo que en un momento, uno de los chicos en tono entre eufórico y asombrado de comprobar cómo la profesora iba reflejando de pe a pa la profesión de su progenitor, exclamó: 'Eso é o que fai o meu pai!'.

En ese instante se hizo el silencio y también al momento, el autor de la confesión entendió que se había excedido, por eso echó las manos a la cabeza y mordiéndose los labios, dijo en voz mucho más queda: 'Eso non o podía dicir!'.

En la actitud del alumno quedó perfectamente resumido lo que fue el estraperlo en esa época: algo que hacía mucha gente, una forma de buscarse la vida en tiempos de miseria, pero de la que no se podía hablar, aunque hubiese que repartir beneficios hasta con los guardias civiles de fronteras y policías de aduanas también ma pagados, muchos de los cuales reclamaban mordida a cambio de más comprensión y menos minuciosidad en su labor de vigilancia.

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