Opinión

CÓMO LLEVAMOS DINERO ENCIMA

La forma que tenemos de llevar muestro dinero encima suele decir mucho de la personalidad de la persona y de su actitud frente a éste. Aunque sea en tiempo de crisis como el actual. Mientras unas personas clasifican ordenadamente los billetes en el interior del billetero o cartera, otros los llevan de cualquier forma en el bolsillo del pantalón, unos los esconden en el interior de sus cintos adaptados para ello como corresponde y otros muestran abiertamente todo lo que llevan con una pinza para los billetes.


Cuenta la leyenda que los Rothschild hacían dos dobleces a lo largo de cada billete, práctica, según decían, tenía la ventaja de que el dinero no se gastaba con tanta rapidez. La leyenda no especifica a que rama de la familia se debe esta extravagancia. Quienes viajan mucho optan por la tarjeta de crédito, que además de evitar la molestia de cambiar divisas, comporta también una cierta seguridad. Hace varios años, y a pesar de sus muchas ventajas, eran muchos los que rechazaban las tarjetas de crédito y preferían el dinero en efectivo, que consideraban un valor más seguro. Sea como fuere, dentro de unos años, funcionarán, por su comodidad y seguridad, todos los pagos mediante tarjetas de crédito.


En otros tiempos la forma de pago no suponía ningún problema. A un caballero o dama no se le exigía el pago inmediato de una factura, puesto que se le solía fiar.


A más, durante siglos, el camisero, el sastre y el zapatero, han tenido que aguardar pacientemente a que el caballero o señora satisficiese el importe de sus facturas porque, en su condición de simples artesanos, no estaban en disposición de exigir a su clientela de alta alcurnia el pago de las mismas. Si bien es cierto que hoy en día también existen clientes privilegiados, a quienes se les envía discretamente la factura a casa, no es menos cierto que la mayoría, incluidos los más pudientes, deben abonar la correspondiente factura antes de retirar la mercancía.


Hoy en día también es frecuente que se exija un pago a cuenta cuando se encarga la confección a medida de una prenda del tipo que sea. Y con razón, puesto que puede transcurrir incluso más de medio año, hasta que el traje o el par de zapatos a medida que fueron encargados estén listos y, por tanto, deba abonarse la correspondiente factura.


A pesar de todo, sigue habiendo clientes que tildan de exigencia absurda un pequeño pago a cuenta. Ante esta situación, el sastre y el zapatero deben valorar si prefieren ganar un nuevo cliente o, por el contrario, perder el material invertido.


En realidad, nunca está de más llevar encima algo de dinero en efectivo. El que lo tenga, naturalmente. Esto se utiliza también para las propinas imprevistas que, en caso de necesidad, pueden abonarse en forma de euros o dólares, en su caso, en todo el mundo.


Quienes suelen viajar mucho suelen llevar siempre consigo una cierta cantidad de euros o dólares en efectivo para mozos de carga, taxistas, maîtres o botones de hoteles, y no verse obligados a despacharlos con la siempre ruin excusa de que aún no se ha tenido ocasión de cambiar dinero. Por tanto conviene llevar dinero una cantidad razonable de billetes y monedas para hacer frente a cualquier imprevisto que se presente.


En cuanto a cómo llevar este dinero encima, hay, desde luego, varias opciones según las preferencias. Y cuidado con los carteristas.

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