Opinión

Bienvenida, yihad

España está hoy como en el año 711: mientras el yihadismo anuncia que invadirá Al-Andalus, que es toda la península ibérica, solo el 16,3 por ciento de los españoles están dispuestos a luchar para defenderla, según divulgó esta semana el CIS, Centro de Investigaciones Sociológicas.

La mayoría de los españoles desconoce el significado de patria porque el patriotismo, el amor a una civilización milenaria de valores comunes y no sólo al territorio, ha sido sustituido por patrioterías folclóricas y ombliguismos regionales.

Y si el Estado Islámico, la yihad que conquista Mesopotamia, se apodera de los regímenes árabes, incluido el marroquí, se colocará a trece kilómetros del río Guadalete, por donde empezó en 711 la conquista musulmana.

Poco antes de empezar a degollar masivamente infieles españoles, el Estado Islámico solo tendrá que montar en pateras a miles de mujeres y niños, que irán por delante, para que ni siquiera ese 16,3 por ciento se atreva a repeler la invasión, es decir, a disparar si tuviera armas.

La encuesta del CIS demuestra también que hemos creado unas autonomías tan endogámicas, especialmente las históricas, que todas le dan mayoritariamente la espalda a España, que es la garantía de todos los derechos y libertades.

Una España que, pese a sus taras, forma parte de las sociedades-civilización del bienestar, hijas de Grecia, Roma, el judeocristianismo y la Ilustración.

Lo contrario del islam, que trae la miseria al imponer la sumisión absoluta a Alá, y rechazar la igualdad entre los humanos.

Y en este contexto, además, ni siquiera los nativos de cada una de las 17 taifas españolas están dispuestos a defender la suya.

Mal vamos: el patriotismo racional que sostiene civilizaciones y países no existe en España, donde sólo aprendemos patriotería folclórica para robar mejor, por ejemplo, como Pujol.

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