Opinión

A más y mejor educación... menos violencia de genero

Como es conocido, en la ofrenda floral a las mujeres víctimas de violencia que hacemos cada 25 de noviembre ante la escultura de la “Lechera” siempre deseamos que “ojalá no tengamos que repetir estos actos” porque querrá decir que se ha puesto fin a esta terrible lacra social. Ese es nuestro deseo pero la realidad y las cifras son tercas y en lo que va de año 4 mujeres han sido asesinadas, víctimas de la violencia de género.

Con los datos sobre la mesa, en España en 2016 fueron asesinadas 44 mujeres por violencia doméstica o violencia de género. Esa lamentable cifra nos sitúa en la mitad de la infortunada lista de violencia de género en Europa. No hay más que leer el informe publicado por la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea publicado recientemente y basado en 42.000 entrevistas a mujeres de los 28 países de la Unión Europea. Debo reconocer que las conclusiones del informe me resultan chocantes.

Hay quien opina que los países que están en los primeros puestos, es decir, los que presentan más casos de violencia de género están ahí porque se “visibiliza” más. Digo yo que si se visibiliza es porque existe.

Es obvio que miremos hacia donde miremos, la violencia sigue siendo una lacra quizás inherente al ser humano y si la centramos en lo que se refiere a la violencia contra las mujeres sorpresivamente no decrece cuanto más crece la educación. Esa es la cruda realidad que debemos afrontar y superar.

El enemigo a batir. La educación debe ser la herramienta fundamental para trabajar en este tema del mismo modo que lo es en muchos otros.

Como saben ustedes llevo trabajando muchos años en el ámbito de la defensa y promoción de la mujer y si bien en un principio todo parecía indicar que la problemática de la violencia machista era un tema inherente a un contexto social específico, vamos observando que se manifiesta en todos los ámbitos socioeconómicos y de edad.

Recientes estudios arrojan otra sombra sobre este tema al detectar que un 62% del alumnado en la Universidad dice ser conocedor de situaciones de violencia de género en su entorno. No se malinterprete la cifra ya que hablamos de “conocedores de situaciones que se dan en la Universidad”, no de estudiantes agredidos o violentados.

Anotado esto y una vez iniciada la búsqueda en el ámbito educativo les invito a ustedes a navegar en la Red. Lo haremos juntos si les parece bien. Buscamos “mejores sistemas educativos del mundo” y nos encontramos con Finlandia. Leemos contenidos y verdaderamente parecen tener un sistema educativo ejemplar. Pasamos a continuación a buscar en la Red “países con más violencia de género” y ahí de nuevo nos encontraremos el estudio de la UE que nos presenta a Finlandia en el lamentable podio del ranking europeo.

Algo no cuadra. Toca reflexionar. Yo lo llevo haciendo desde hace tiempo y todavía no he encontrado respuestas que me convenzan. ¿Cómo es posible que en un país ejemplo de educación en igualdad triplique las cifras de violencia de género de España? Insisto en que no voy a caer en si se denuncia todo, poco o mucho porque sería entrar en el debate de “imaginar quien calla más y dónde” y en ese caso todo sería pura hipótesis pero nunca hechos.

Nos avisan en el informe de la UE que la encuesta pone de manifiesto la relación entre los hábitos de consumo de alcohol de los autores de las agresiones contra las mujeres, algo que sabemos desinhibe y rompe los frenos morales. En el caso de Finlandia hay que añadir además una mayor cantidad de tiempo para la convivencia familiar o en general para la vida “social”.
Estamos ante una confluencia de circunstancias que nos dejan ver el problema de la violencia de género en toda su dimensión. El estudio de la UE requiere una gran reflexión. Nos plantea nuevos retos a todos los niveles, tanto dentro de la Unión Europea como en nuestro país de cara a la eliminación de este grave problema. Lo que resulta obvio es que ni algunos países lo hacen tan bien como podríamos pensar ni otros lo están haciendo tan mal. Queda mucho por andar y mucho que reformar e implementar por el camino.

Quede como lamentable anécdota la noticia de que el Parlamento ruso aprobó a principio de mes y en primera lectura una propuesta para que la violencia de género deje de juzgarse por el código penal y se considere sólo un "delito civil" de modo que los maridos que peguen a sus mujeres sólo irán a prisión si lo hacen "más de una vez al año". Sobran comentarios.

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