Estaba eu na crenza que en canto o lese, ou lle chegase ós seus oídos, o académico escritor enviaría unha nota aclaratoria ó xornal rectificando tamaña desmesura. Falo do artigo de prensa aparecido nun xornal de Madrid no que o cronista dicía daquel que 'lo hace con el desgarro de Larra, con el enojo de Valle Inclán, con la prosa descarada de Quevedo'. Ale, ale! Esperaba eu do destinatario de tal gabanza que, abochornado, tivese saído ó paso de maneira inmediata contra o autor da crónica por telo posto en ridículo diante de todo o mundo (cando menos, diante dos lectores do xornal en cuestión). Iso esperaba eu do escritor e académico don Arturo Pérez Reverte, pero vai mais dun mes do suceso e, de momento, nada de nada. En tanto, e xa que así, penso que talvez resulte oportuno transcribir aquí breves textos dos autores da comparanza por ver en que se parecen ó modo de escribir de don Arturo Pérez.
'Desgarro de Larra'. El día va a expirar y los presos acaban de pasar al patio, donde entonan diariamente una salve a la Madre del Redentor, salve sublime desde fuera, impudente y burlesca sobre el labio del que la entona, y que por lo bajo la parodia. Al son del religioso cántico los dos hombres defienden su derecho y en leal pelea se acometen y se estrechan. Uno de ellos no deberá oír el remate de la salve. Unos segundos transcurren apenas, y con el último acento del cántico, llega a los pies del Altísimo el alma de uno de los contendientes.
'Enojo de Valle Inclán': La miseria del pueblo español, la gran miseria moral, está en su chabacana sensibilidad ante los enigmas de la vida y de la muerte. Este pueblo miserable transforma todos los grandes conceptos en un cuento de beatas costureras.
'Prosa descarada de Quevedo': Declárese por necio bruñido y grosero al que en conversación, y más de damas, ampara las manos en el sótano de las calzas, juega del uso de sus maneras y ocultos escondrijos, haciendo al ferreruelo antipara de su grosería, de donde se espera suceso mejor que rascadura, fomentación y licencia ilícita, provocativa y escandalosa; considérese que al tal en reincidencia le echen maniotas.
Chegados a este punto, pregúntome eu ¿que teñen que ver os insultos, as groserías, os tacos duros, a linguaxe chulesca de don Arturo co desgarro de Larra, co anoxo de Valle Inclán ou coa prosa descarada de Quevedo? ¿Que teñen que ver?
