Opinión

EL FRACASO NO EXISTE

Steve Jobs, el CEO de Apple, ha vuelto a ser noticia por el cáncer que padece y que lo ha apartado, al menos temporalmente, de su cargo. Adorado por unos y denostado por otros, el padre del iPod y del iPhone es una de esas personas cuya vida ilustra a la perfección una idea que compartimos muchos: que en la vida no existe el fracaso.


Imagino que algunos lectores se sonreirán al leer esta afirmación y que otros la acogerán con cierto escepticismo. Sobre todo si reparamos en algunos hitos de la vida del propio Steve Jobs: fue dado en adopción después de que el acuerdo para tal fin estuviese a punto de frustrarse; fue un mal estudiante y no tardó en abandonar la Universidad; fue despedido de su propia empresa -sí, de la suya propia- y fue diagnosticado de un cáncer terminal e incluso desahuciado, aunque sólo fuese por algunas horas. ¿Acaso eso no es fracasar repetidamente? ¿No es eso una colección de estrepitosos fracasos? Cualquiera asentiría. De no ser porque el propio protagonista viene a decir y a demostrar que no.


Al final, Steve Jobs sí fue adoptado. Aunque mal estudiante, aprendió muchas cosas en la Universidad. Lo despidieron de su propia empresa, es cierto, pero fundó otras dos y regresó triunfante para hacer de Apple un referente necesario en el mundo de la tecnología. Y, aunque ha tenido que someterse a diversos tratamientos médicos, ha luchado denodadamente contra el cáncer que lo aqueja y se ha reafirmado en su positiva actitud vital. ¿Es eso fracasar? No, eso no son fracasos sino triunfos ante la adversidad.


Esto ya lo sabía Thomas Edison, que ensayó cientos de filamentos distintos antes de dar con el apropiado para la bombilla. Cuando le preguntaron al respecto, el célebre inventor afirmó: 'No he fracasado, he encontrado 10.000 maneras que no funcionarán'. No es de extrañar que con esa actitud perseverante consiguiese tanto en una sola vida. Suya, de Edison, es también una cita con la que concluyo esta reflexión: 'Muchos de los fracasos de esta vida son de hombres que no se percataron de lo cerca que estaban del éxito cuando se rindieron'. Quedémonos con esto y, a pesar de la crisis, de los días lluviosos y de las malas digestiones, a pesar de todo y de todos, sigamos adelante. Siempre adelante. Sin olvidar que, donde otros ven fracasos, se esconden realmente las mayores oportunidades.

Te puede interesar