Ycomo fiel contraste de la corrupción generalizada en Occidente, están los paraísos fiscales, es decir, los estados, enclaves o territorios para los que el dinero no tiene olor y que aplican un régimen muy permisivo, incluso ilegal, a las sociedades que en ellos se domicilien. Esta geografía de la evasión de impuestos y del fraude está muy extendida, sus transacciones anuales ascienden a más de 14 billones de euros, suma que, según los analistas, podría acabar de golpe con la pobreza mundial en el caso hipotético e idílico de que se recuperara. Más de la mitad de estos refugios de dinero ilícito que tachonan el mapa mundial están vinculados al Reino Unido, como Gibraltar, por ejemplo. Precisamente al Reino Unido corresponde la mitad del total de los 80.000 millones de euros de dinero opaco, en particular por sus posesiones de ultramar. Este país es elcampeón mundial indiscutible, todas categorías incluidas, de la fuga de impuestos. Tanto es así que desde hace tiempo dio una nueva acepción altérmino inglés 'offshore' (mar adentro, distanciado de la costa) para designar a cualquier inversión que se realice en islas o países alejados de un territorio nacional, a menudo actividad económica ilegal a la que 'nadie pone leyes' como la Canción del Pirata de José de Espronceda, cita que, francamente, viene muy a cuento. Ahora Gran Bretaña -atenta siempre a donde sopla el viento- ha canbiado y forma parte con Alemania y Francia de la tríada de naciones que capitanea una cruzada contra el asilo fiscal fraudulento. Ya era hora después de décadas con patente de corso.
Otro dato abrumador: los gobiernos pierden del orden de 120.000 millones de euros anuales de ingresos que se lleva impunemente la constelación de los paraísos fiscales. Una cifra más para ilustrar lo que digo y no hablar a humo de pajas: en el mundo se escabulle entre los dedos un billón con b de euros al año por defraudar al fisco. 'Enough is enough' (era demasiado), había que hacer algo y la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la semana pasada acordó en Bruselas por una parte el fin del secreto bancario y el intercambio automático de información entre los países miembros de la Unión Europea y Suiza y por otra, oponerse a las prácticas de ingeniería contable destinada a engañar a las haciendas. Y todo esto se promete para antes de fin de año, sería una pica enFlandes.
PODErOSO CABALLERO...
Tras años de parálisis, la Unión Europea quedó satisfecha de la última Cumbre del pasado 22 de mayo. El presidente del Consejo, Herman van Rompuy, elogió las medidas adoptadas para combatir el fraude y los paraísos fiscales y recordó que se hubieran considerado una quimera hace unos meses. Por su parte, la canciller alemana Angela Merkel, atemperó su entusiasmo al calificar sobriamente las conclusiones de la cumbre de importantes progresos después de años de inacción. En cambio, el presidente francés Frrançois Hollande se mostró exultante y quiso pregonar a los cuatro vientos que 'la impunidad se ha terminado'. En lo que le atañe directamente, consideró que las decisiones tomadas contra el fraude fiscal constituyen un gran avance. Para comprender el mal momento amargo por el que pasó el gobierno francés, hay que recordar que el grupo Mediapart, que encabeza el antiguo director de 'Le Monde' Edwy Planel, había desvelado un gran escándalo financiero que salpicaba a Hollande al sacar a la luz que su ministro de Presupuesto, Jérôme Cahuzac, tenía desde hacía 20 años una cuenta no declarada en un banco suizo, que después transfirió a Singapur, paraíso fiscal donde los haya. Este ministro millonario vergonzante, que negó las acusaciones hasta última hora, hoy expulsado del Partido Socialista, aplicaba cuando estaba en el gobierno medidas de austeridad y recortes a los ciudadanos franceses con todo cinismo y desfachatez. Tales revelaciones hicieron tambalear al único gobierno socialista de Europa y a su presidente cuando aún no se había cumplido un año de su mandato.
Algo se mueve en la Unión Europea: está en marcha la Unión Bancaria, avanza la tasa Tobin a las transacciones financieras (llamada así por el nombre del premio Nobel de Economía de 1981 James Tobin) y los 27 han despertado con una ofensiva en contra de los paraísos fiscales.
Para echar más leña al fuego, citemos dos casos hirientes y una directiva europea de defensa contra el capitalismo salvaje. El gigante de la informática 'Appel' se refugió en Irlanda donde obtiene un trato fiscal favorable. Por cierto clama al cielo que la declaración de la renta de esta compañía norteamericana le salga a devolver en España mientras un ciudadano medio que gane 300.000 euros al año paga un 18% del IRPF (Impuesto de la Renta a Personas Físicas), como recogen los periódicos. Zafarrancho de combate pues. Tres noticias de actualidad del enfrentamiento de los gobiernos contra la deriva indeseable del capitalismo: Primera, la Comisión de Bruselas quiere desbaratar antes de fin de año la ingeniería financiera llamada 'planificación fiscal agresiva' destinada a evadir impuestos. Segunda. la OCDE (Organización para Cooperación y el Desarrollo Económico), el Grupo de los Siete (G-7) y el Grupo de los 20 (G-20) le prestarán ayuda. Tercera y última, la Unión Europea aprobará en junio un mecanismo de acción rápida contra el fraude del IVA (Impuesto del Valor Añadido) y va a revisar la legislación del blanqueo de capitales. Pero no hay que olvidar que el capitalismo y la plutocracia son correosos y que, como versificó Quevedo y canta Paco Ibáñez, 'poderoso caballero el don dinero' (bis).
PIÉLAGO DISPAR DE ENCLAVES
Habría mucha tela que cortar con relación a los paraísos fiscales. En Europa sin ir más lejos existen Andorra, Mónaco, San Marino, Liechteistein, Chipre, Malta y la Isla de Man británica. Son santuarios de capitales de dinero sucio que nos ponen cerco y que nadie regula. Austria y Luxemburgo, naciones 'non sanctas'en este campo, ya están siendo obligadas a regañadientes a aceptar inspeccionestras el último Consejo Europeo. Fuera del Viejo Continente, hay muchas cuentas del rosario de los múltiples enclaves diseminados mundo adelante. He aquí un censo no exhaustivo, a algunos les sonarán como destinos turísticos 'paradisíacos' de una agencia de viajes: Nueva Jersey, Guernesey, Bermuda, Islas Vírgenes, Anguilla, Monserrat, Turcas y Caicos o Islas Caimán, todos ellos vinculados al Reino Unido. Habría que añadir una gran variedad de paraísos fiscales situados en un dispersos confeti de territorios: Aruba y las Antillas Holandesas (pertenecientes a Holanda), las islas Seychelles, Mauricio y Maldivas (independientes), las islas Cook (Nueva Zelanda) en el océano Índico; Samoa, Vanuatu eIislas Marshall, (EEUU), y además todos esos territorios 'offshore', 'lawsless lannd' (fuera de la ley) en torno a Australia. La dificultad de normalizar tal piélago dispar de de lugares 'taxhaven' (refugio de impuestos) es más que evidente. A Europa le basta y le sobra con los que están directamente relacionados con ella, antes citados. En la Unión Europea se ha dado un jaque a los escandalosos paraísos fiscales, el mate queda aplazado 'ad kalendas graecas', es decir, a no se sabe cuando. Pero algo es algo.
