Opinión

OCCIDENTE, UN NIDO DE ESPÍAS INFORMÁTICOS

Medio mundo espía al otro medio. Vaya novedad. Lo que pasa es que Internet y las nuevas tecnologías han convertido este espionaje generalizado en planetario. Los servicios secretos norteamericanos de la NSA (Agencia de SeguridadNacional), ojo que todo lo ve, han tenido acceso durante años a cientos de millones de datos y mensajes de todo tipo sin que lo sospecharan sus autores.


La noticia que saltó a las primeras páginas de los periódicos y se mantiene en portada estas últimas semanas es que los servicios secretos de los EE.UU. vienen espiando a la unión Europea desde hace décadas, lo que, sospechado siempre y confirmado ahora, es fuego amigo y mina las relaciones a ambos lados del Atlántico.


El espiomaje era más natural cuando había dos mundos, el Este y el Oeste como en la casi olvidada película inglesa en blanco y negro de Martin Ritt con Richard Burton 'El espía que surgió del frío', de la que ya solo se recuerda su acertado título y el hecho de que el agente secreto, se había convertido en un adicto a su oficio pues era un espía doble. Espiar entre aliados no debería ser lo normal. Pero, hoy en día, hay que rendirse a la evidencia: la realidad ha terminado por derrotar a cualquier ficción de películas y novelas, el espionaje en todas direcciones está a la orden del día. Occidente es un nido de espías, no se salva nadie.


Todo empezó con la revelación -para más inri coincidiendo con una cumbre europea en Bruselas- de que Angela Merkel tuvo intervenido su teléfono móvil desde 1991 hasta el pasado mes de julio y por lo tanto. Sus llamadas y sus mensajes de texto estuvieron en manos de la citada NSA durante 22 largos años, al menos los no encriptados. Algo inaudito entre aliados. Y eso lo tuvo que descubrir la canciller cristiano-demócrata, nacida en la Alemania comunista pero pronorteamericana desde hace décadas sin la sombra de una duda. Los servicios secretos tienen la memoria larga.




PREPOTENCIA NORTEAMERICANA


Tras presentar su protesta ante el presidente Barack Obama en una conversación telefónica, -suponemos irónicamente que también intervenida-, Merkel hizo constar que la confianza había quedado seriamente dañada y que era necesario restablecerla.


Positivista, la canciller moderó su indignación y se mostró dispuesta a trabajar con Washington sobre nuevas bases a pesar de este grave incidente. La cumbre EEUU-Unión Europea del próximo 28 de noviembre entre el presidente Barack Obama y los presidentes del Consejo Europeo, Herman va Rompuy, de la Comisión, José Manuel Durao Barroso y la alta representante para Exteriores, Catherine Ashton, que tendrá lugar en la Casa Blanca, ya cuenta así con un buen tema que abordar.


Dándose cuenta del mal clima creado por este desgraciado caso, Obama hizo intervenir al secretario de Estado John Kerry, quien reconoció públicamente que se había ido 'demasiado lejos'. Este inusual mea culpa fue realizado en una declaración grabada en vídeo desde Asia, China, Indonesia y Australia donde también había habido reproches a Norteamérica por su prepotencia. Es un cambio a señalar en la política exterior norteamericana en materia de seguridad, que va a incluir, por ejemplo, que se reduzcan las escuchas de la agencia en el Fondo Monetario Internacional, en el Banco Mundial en Washington y de las Naciones Unidas en Nueva York, cuyas sedes estaban trufadas de cables y micrófonos. El mundo vigila al mundo. Todas estas revelaciones, que salieron ahora a la luz pública, se siguen, no podríamos decirlo más adecuadamente, como una novela de espías de lectura apasionante.




SNOWDEN, EXPERTO E INGENUO


La principal atracción de mi relato sobre agentes secretos es la última peripecia del superespía por antonomasia, el norteamericano Ewdard Snowden que sigue refugiado desde hace un año en Moscú, protegido por el presidente Vladimir Putin con la promesa de no hacer nuevas revelaciones que perjudiquen a las relaciones ruso-norteamericanas. Este agente experto en informática, ex empleado de la varias veces citada NSA, del FBI y de la DIA (Agencia de Inteligencia de Defensa), cargos que acreditan que no es un lego en materia de seguridad a pesar de sus 30 años. 'Hombre que sabe demasiado' si se me permite decirlo parafraseando el título de una famosa pelicula de espías de Alfred Hitchcock con James Stewart, está de nuevo de actualidad por haberse entrevistado en en hotel Marco Polo de Moscú con el veterano diputado alemánn de los Verdes, Hans-Christian Ströbele, de 74 años, al que hizo una serie de confidencias impactantes según una carta que mostró a la prensa y que obra en su poder. Snoweden asegura en ella tener pruebas de trangresiones sistemáticas de la ley por parte de los Estados Unidos, lo declara públicamente en esta carta y se muestra dispuesto a probarlo ante la Fiscalía General alemana, cosa imposible porque existe un tratado de extradición entre Berlín y Whashington y el fugitivo está reclamado por los tribunales norteamericanos por revelaciones de secretos oficiales.


En suma, Edward Snowden es un superdotado informático, capaz de penetrar en los sistemas de comunicaciones más sofisticados, pero también un ingenuo un poco mitómano, porque se ofrece a declarar nada menos que ante el Congreso de los Estados Unidos, segunda proposición utópica imposible por las razones antes aludidas. 'Decir la verdad no es un crimen', declara cándidamente. Pero lo malo para la poderosa Norteamérica es que su insistente alegato de violaciones a la ley por parte de la Administración estadounidense constituye una duda corrosiva muy incómoda.

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