Han pasado cinco semanas desde las elecciones municipales y la llegada a la alcaldía de la capital de Manuela Carmena pero para la ciudad de Madrid parece que han pasado cinco años. Desde su llegada, el Ayuntamiento y algunos de sus concejales han estado inmersos en batallas a la que los ciudadanos asisten estupefactos. Por un lado está la falta de consideración hacia aquellos que han llegado que no han dispuesto ni de un solo día de gracia; y por otro, porque los nuevos, en lugar de poner en marcha medidas que contribuyan a hacer la ciudad más habitable, permanecen inéditos a la hora de tomar decisiones importantes. Será por su bisoñez. Pero si su parálisis y las polémicas inútiles son el bagaje con el que piensan dar el sorpasso al PSOE, lo tienen difícil.
