Tratar de cambiar un símbolo nacional, nacionalista o regional es meterse en un lío. Y si se trata de cambiar o poner la letra a un himno ya no digamos. Al tenor asturiano Joaquín Pixán no le gusta la segunda estrofa del himno del Principado -“Tengo de subir al árbol/tengo de cortar la flor...”- porque cree que no tiene nada que ver con la primera -“Asturias patria queida/Asturias de mis amores...”- y propone cambiarla por algo más nostálgico y entrañable. Y como en todos los debates ya tie- ne sus seguidores pero sobre todo detractores que opinan que mejor dejar las cosas como están o en todo caso, nada de morriña sino lanzar la mirada al futuro. Un himno que no habla de derrotas o de violencia sino de amor, ¿para qué cambiarlo?
