Opinión

150.000 armas en Galicia

Detienen en Vigo a dos camellos que viajaban desde el Estrecho con 30 kilos de hachís ocultos en el coche; desmantelan un punto de venta de estupefacientes próximo a dos colegios en Fisterra; tres acusados de viajar de Madrid a Lugo con dos kilos de cocaína aceptan cuatro años y medio de prisión cada uno; detenido un hombre por atracar una farmacia armado con un cuchillo tras intentar asaltar un supermercado en Ourense; un grupo de okupas a los que en el coruñés Barrio de las Flores se acusaba de menudear con drogas tienen que ser escoltados por la policía al ser desalojados de un chalet por la presión vecinal; los municipales de Lugo auxilian a un chaval tirado en un parque con un pedo que se le pasó al llegar su padre cuando iba a ser introducido en la ambulancia; la Guardia Civil investiga asaltos a varias cabinas de peaje de la AP-9 y AG-7 en la provincia de Pontevedra. 

Asomarse al teletipo para llenar el folio de cada día obliga a girarse al calendario para comprobar la década y el siglo. Excepto por la ruta ascendente de la farlopa y porque desvalijar cabinas de peaje despierta un sentimiento de justicia social, podría parecer que se trata de una jornada de mediados de los años 80 cuando triunfaba el cine quinqui que plasmaba lo que sucedía en las calles de una sociedad sin más esperanza que ir tirando.

El gran embate de la pandemia será mental y dejará secuelas a largo plazo en una sociedad menos acostumbrada al sufrimiento que la generación que está siendo masacrada por el covid. Hasta los pediatras detectan una agitación impropia en los cativos y estos suelen reproducir las tensiones que viven en casa. La vecina enfermera avisa de que vamos de cabeza a la cuarta ola después de la Semana Santa, pero a un feirante como los que se manifestaron ayer en Santiago para poder trabajar le preocupa más la olla que la ola tras un año de inactividad. "No se sueña nada ilustre cuando el buche está vacío", cantaba Malevaje en el tango. Por una respuesta del Gobierno central a una pregunta de Compromís en el Senado se supo que en Galicia hay un total de 149.562 armas de caza autorizadas (136.050 escopetas y casi 14.000 rifles), 269 menos que el año anterior. Vivir aunque sea encima de un polvorín. 

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