Opinión

Luz, a puerta cerrada

La Valedora do Pobo, Milagros Otero, convocó ayer la primera reunión constitutiva de la comisión de transparencia que velará por el derecho del ciudadano al acceso a la información de las instituciones públicas. Suena macanudo. ¡Albricias! Ya está bien de que las administraciones ninguneen al personal o que resulte casi imposible saber los casos en los que se adjudican contratos públicos por la gracia de un dedo amigo o de una mordida . Pero hasta en las buenas noticias hay matices, porque la comisión de transparencia se reunió a puerta cerrada.
Como lo leen. A los fotógrafos sí les permitieron entrar unos minutos para inmortalizar el momento.

Los asistentes a la primera reunión quedaron fetén en la foto, con gesto de profesionalidad y circunspección, pero el acto desprende un tufillo a cachondeo. 

Estamos casi acostumbrados a que un político cierre la puerta después de abrir la boca con la palabra transparencia, pero resulta difícil de comprender que la persona que tiene el mandato de defender al ciudadano no permita la entrada de los redactores. 

Ya sabemos que es costumbre dejar pasar sólo a los fotógrafos unos minutos a los saraos políticos pero, siendo consecuentes, reuniones de estas características tendrían que ser retransmitidas en directo por internet para que pudiésemos saber qué dicen y qué piensan los que se van a ocupar de defender al ciudadano frente al poder. Y cómo lo van a hacer.

"Tenemos que ser capaces de suscitar confianza entre la ciudadanía", predicó después Milagros Otero, una mujer prudente y oradora de sólidos argumentos. Pero resulta complicado pretender que entre luz a esgalla en las administraciones y sin, al menos, dejar abierta una ventana. 

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