Un día Eduardo Zaplana, ex portavoz del grupo parlamentario del Partido Popular en el Congreso de los Diputados, deja la política para irse a Telefónica. Casi al día siguiente David Taguas, ex jefe de la Oficina Económica de La Moncloa, anuncia que se va presidir la Sociedad de Empresas de Obras Públicas de Ámbito Nacional, en la que están agrupadas las 33 mayores constructoras de España.
Son dos casos de políticos que, fracasada su carrera en el terreno público, deciden irse a la empresa privada a ganar mucho dinero sacando jugo a los conocimientos y contactos que hicieron durante su actividad política. No son ambos casos exactamente iguales. Eduardo Zaplana, que ha demostrado su inteligencia marchándose cinco minutos antes de que lo echaran de su cargo y abandonando el escaño una vez que supo que su futuro político era cero patatero, como diría su ex jefe y amigo José María Aznar, se va a Telefónica, ganando según dicen un millón de euros al año, a un cargo de nueva creación: delegado para Europa. Y pese a que algunos dicen que Zaplana de telecomunicaciones no sabe nada, la verdad es que el ex dirigente del PP aporta al cargo una exclusiva agenda de teléfonos, en la que según parece está entre otros el de Silvio Berlusconi. Y eso es lo que quiere de Zaplana el presidente de Telefónica.
Hay que recordar que César Alierta fue nombrado por José María Aznar, y que ya ha colocado a otros políticos cercanos al ex presidente del Gobierno, en otros cargos creados al efecto.
Lo de Zaplana ha sido menos criticado por el PP de Mariano Rajoy. La salida le evita un grave problema David Taguas no se va a un cargo nuevo ni a una empresa privada, sino a una asociación sin ánimo de lucro y aún está pendiente de un dictamen del Ministerio de Administraciones Públicas, para ver si puede firmar su contrato como presidente Seopan.
A los socialistas la intención de David Taguas no le ha sentado nada bien, creen que debió dejar pasar un tiempo en un puesto menos relevante.
Lo de Zaplana ha sido menos criticado por el PP de Mariano Rajoy. La salida le evita un grave problema. Zaplana está mucho mejor en la empresa privada que de diputado raso en el Congreso. Pero su fichaje por Telefónica es un escándalo.
