Disfrutar del invierno en el Valle de Benasque

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El valle de Benasque es el más escondido, abrupto y hermoso de cuantos conforman los Pirineos, se sitúa al noroeste de la provincia de Huesca

El valle de Benasque es el más escondido, abrupto y hermoso de cuantos conforman los Pirineos, se sitúa al noroeste de la provincia de Huesca, en pleno macizo pirenaico y a poco más de 100 Km. de la capital.

En el casco antiguo de Benasque existen algunos ejemplos de arquitectura civil renacentista que revelan un pasado de esplendor como el Palacio de los Condes de Ribagorza, Casa Faure, Casa Albar o Casa Juste con su omnipresente torreón.

La iglesia románica del siglo XIII es austera, de trazos rotundos y gran sencillez, como la arquitectura popular del valle, pensada ante todo para proteger.

Las angostas calles del Horno y San Pedro o la plaza de Sancho conservan la esencia de un pueblo que se levantó recogido para apaciguar los frios inviernos que se sufren a 1.140 metros de altitud.

El pueblo de Anciles bien merece un paseo para contemplar sus casas señoriales, de extraordinario valor arquitectónico como Casa Suprián o Casa Barrau que datan de los siglos XVI-XVII, o su imponente iglesia parroquial, también del XVI.

En Villanova se puede admirar la iglesia de San Pedro, una de las numerosas iglesias románicas del Valle de Benasque. Como ha sido muy bien restaurada se observan más fácilmente las características de este tipo de construcciones. A destacar la cabecera en forma de semicírculo, mirando al oriente, en los muros y en la bóveda de piedra. Se construyó hacia el siglo XII. A la belleza de esta iglesia se añadió posteriormente en el siglo XVI, un retablo pintado que también se ha restaurado recientemente.

Es su patrimonio natural, es el paraíso de los aventureros. El Valle de Benasque reúne 65 tresmiles, así como innumerables picos que superan los 2.000 m de altura. Estos grandes macizos que se desploman vertiginosamente aislando y empequeñeciendo a los pueblos del Valle conforman una complicada orografía llena de valles subsidiarios del principal, o del río Ésera.

Sin embargo, esta acumulación de montañas de más de tresmil metros, entre los que se encuentran las dos cumbres más altas de la cordillera, el Aneto y el Posets, ha originado una curiosa situación: a diferencia de otros lugares del Pirineo, para la mayoría de los montañeros Benasque es un lugar de cimas, no de travesías.

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