En 1967 un accidente de autobús costó la vida a 38 pensionistas de Huesca.
Cruz Roja recordará el próximo día 10 de mayo el trágico accidente del autobús registrado el 3 de julio de 1987 en As Estivadas, en el que fallecieron 38 personas y otras siete resultaron heridas de gravedad, todas de varios pueblos de la comarca de Los Monegros, en Huesca.
Los fallecidos y heridos eran jubilados que regresaban a sus domicilios tras una excursión por Galicia y Portugal. Aquel siniestro fue una de las tragedias más impactantes registradas en la provincia de Ourense y tuvo repercusión en toda España y en el resto del mundo a través de las informaciones que divulgaron a través de los medios de comunicación.
Ahora, Cruz Roja tiene previsto homenajear a los voluntarios que acudieron a rescatar a los heridos y cadáveres, cuya capilla ardiente se instaló en el pabellón de Verín. "Entonces no había ambulancias del 061, ni hospital, ni bomberos. Sólo estaba Cruz Roja para atender los accidentes en la carretera", apuntó el vicepresidente de la asociación, Jesús Barros.
Cayó por un terraplén
El autobús se precipitó por un terraplén de 150 metros y el espectáculo que se encontraron todos los que participaron en el rescate de las víctimas era de una gran dureza. Al lugar acudieron los voluntarios de Cruz Roja de Verín, que entonces eran soldados que estaban haciendo el servicio militar. "Después, una vez conocida la magnitud del siniestro acudieron efectivos de otros puntos de la provincia y vecinos", recuerda Jesús Barros, que está intentando localizarlos a todos para rendirles un homenaje, entregándoles una insignia de plata.
El homenaje se enmarca dentro de la asamblea anual que celebra el colectivo, que también incluye un premio al Concello de Verín por su colaboración y la inauguración de una nueva sede de Cruz Roja en la plaza de la Merced.
