O CARBALLIÑO

El Concello pretende pagar la fábrica de papel en 5 años

photo_camera La antigua fábrica de papel fue recuperada según el proyecto del arquitecto Gallego Jorreto.

Presenta la propuesta al Juzgado para adquirir por 694.000 euros toda la finca, ahora embargada 

El Concello de Carballiño trasladará el próximo lunes una oferta al Juzgado de Primera Instancia para la adquisición de la finca y el edificio de la antigua fábrica de papel. El Juzgado había concedido un plazo a las autoridades locales ofreciendo la oportunidad de comprar la propiedad que ha sido embargada a la familia Otero. El alcalde, Argimiro Marnotes, presentará la oferta, que consiste en el pago fraccionado del importe fijado por el Juzgado, que asciende a 694.000 euros en cinco años, lo que supone en torno a los 138.000 euros anuales.

No obstante, el Concello también pone como condición para cerrar la operación que en esta primera anualidad de 2015 le sean descontados los 90.000 euros que había abonado por la compra únicamente del edificio de la fábrica, cuyo trato se cerró mediante documento privado firmado por el entonces alcalde Manuel Vázquez, la familia Otero y el secretario municipal en 2001. Tres años después quedaban pagados los 3.000 metros cuadrados supuestamente adquiridos y ya en 2005, siendo alcalde Carlos Montes, se procedía a ceder los terrenos a la Xunta para la recuperación del edificio y su transformación en Museo do Papel. Las obras se ejecutaron siguiendo un proyecto del arquitecto Gallego Jorreto.

Sin embargo, la propiedad nunca se llegó a registrar y el Juzgado, a la hora de realizar ahora el embargo a la familia Otero, considera que es de su propiedad. En cuanto al documento privado que acredita la operación de compra-venta, el juez no lo admite e insta al Concello a formar parte de la lista de acreedores para recuperar los 90.000 euros iniciales. Marnotes afirma que estando en la oposición había advertido al grupo de gobierno socialista que la compra no era válida porque los 3.000 metros cuadrados no habían sido segregados del resto de la finca, que ronda los 50.000 metros cuadrados. Pese a ello, las obras continuaron.

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