O CARBALLIñO

Veinte escolares recuperan un pueblo en los Pirineos

El Vila do Arenteiro fue el único colegio gallego participante en el programa

Un grupo de 20 alumnos del Colegio Vila do Arenteiro, en Carballiño, de tercero y cuarto de la ESO, participaron en una experiencia inolvidable, que consistió, entre otras actividades, en la recuperación de un pueblo abandonado de Huesca. Acompañados por la profesora Marta Bernárdez Míguez y la directora del centro, Ana Pérez Moure, visitaron entre los días 8 y 14 de este mes de junio el Pirineo Aragonés, tras ser seleccionado el proyecto del colegio por el Ministerio de Educación, Ciencia y Deporte dentro del programa de “Recuperación y Utilización Educativa de Pueblos Abandonados”. Se trata del único centro de toda Galicia elegido para esta experiencia que se desarrolló en la localidad de Búbal. En este paraje incomparable, a escasos kilómetros con la frontera de Francia, compartieron una semana de convivencia con el instituto “Santa Lucía” de Gran Canaria.

El pueblo fue abandonado en 1968 a raíz de la creación de un embalse y el ministerio lo ha dedicado a fines educativos, contando con diferentes monitores y demás personal necesario para que todo funcione durante la estancia de los escolares.

Ana Pérez declaraba que "aquí os rapaces fan algo de todo, dende xardinería, arranxo de camiños, coidado do gando, artesanía, transformación de plantas aromáticas, cultivo da horta e moitas cousas máis". Además, puntualizaba que en el pueblo disponen de lugares de ocio y se realizaron muchas excursiones por el entorno para conocer la fauna y la flora local y compararla con la de Galicia, uno de las propuestas que plantearon los alumnos a la hora de presentar la solicitud para ser seleccionados.

"Foi unha experiencia inolvidable na que aprenderon moitas cousas novas que nunca fixeran, como limpar a casa e tamén foi interesante a relación que mantiveron entre eles", indicaba la directora. Cristina González, una de las alumnas, declaraba que "he plantado tomates, cebollas y judías y he cuidado de las gallinas y lo que más me gusta es que he conocido a mucha gente".

Entre las actividades que realizaron durante esa intensa semana figuran andainas hasta otros pueblos abandonados, trabajos de jardinería, mantenimiento de las instalaciones, ganadería (gallinas, cerdos, una yegua, un burro, pavos, una vaca, ovejas), juegos de simulación y talleres. El equipo de Búbal contó también con un monitor de inglés nativo para motivar a los escolares a hablar ese idioma durante el desarrollo de las actividades. Con esta experiencia se fomentó, además del trabajo en la línea del desarrollo en equilibrio con el medio ambiente, las actitudes solidarias con los compañeros.

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