SUCESO / OURENSE

Hallan el cadáver de Socorro Pérez entre la maleza con un fuerte golpe en la cabeza

Los investigadores creen que es un homicidio y no descartan el móvil de la agresión sexual en la muerte de la vecina de O Couto 

El lugar del hallazgo del cadáver, paraje boscoso con pendiente junto al entorno del repetidor de televisión del Seminario, a 25 metros de la carretera, y cómo apareció el cuerpo en la mañana de ayer -sin apenas ropa, cubierto de maleza de cintura para abajo y con un golpe en la cabeza- llevan a las fuerzas de seguridad a trabajar con la premisa de que Socorro Pérez Rodríguez (43 años) fue víctima de una muerte violenta cuando salió a correr en la tarde del pasado 2 de mayo.

Aunque debe ser la autopsia, prevista para el día de hoy, la que confirme al cien por cien la identidad de la fallecida, dado el avanzado estado de descomposición del cuerpo, las fuerzas de seguridad ya trabajan con la certeza de que es ella. Las prendas encontradas en el lugar -una malla con una franja vertical en rojo y una sudadera de color rosa palo desprendidas del cuerpo - y la llaves del buzón de su vivienda en la calle Álvarez de Soutomaior (O Couto) apuntan hacia la evidencia. 

Y aunque debe ser también la autopsia la que confirme el homicidio, en la primera inspección ocular de los huesos encontrados ya se hallaron datos reveladores: el cráneo de la mujer (separado del resto del cuerpo unos 30 centímetros) presentaba un fuerte traumatismo en la parte frontal. Los investigadores, aun con todo, son cautos a la hora de valorar. "Pudiera ser fruto de un arrastre, una caída o algo accidental, aunque, a priori, parece un golpe contundente", aseguran fuentes cercanas al caso.

Por contra, la Policía Nacional cree que el hecho de que el cráneo estuviera separado no es determinante. Los agentes dan por sentado que el cuerpo de Socorro fue manipulado por animales a lo largo del último mes. Tampoco el pantalón deportivo enrollado y roto, lo primero con lo que se topó la persona que halló el cadáver, José Vidal, antes de descubrir el cráneo, estaba junto al resto del cuerpo. Este testigo asegura que tanto él como sus compañeros no vieron en el lugar "la ropa interior pero sí unos calcetines".

Entre las hipótesis que maneja la Policía Judicial de la Comisaría figura que la mujer haya muerto el mismo día de su desaparición, en base al avanzado estado de descomposición del cuerpo.

Por el momento, no se atreve a hablar del móvil del crimen, pero, según fuentes cercanas al caso, la agresión sexual no está descartada y cobra fuerza dado el lugar y las circunstancias en las que apareció.

También se presume que la investigación será compleja, pues, tal como destacaba el portavoz de la familia, José María Pérez Barreiros, su entorno era "apacible, relajado, con su vida laboral y familiar" y una "rutina diaria muy transparente", sin problemas económicos o laborales y sin una relación sentimental conocida.

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