La Policía Local de la ciudad también refleja un incremento de las sanciones por la ley antitabaco
La Policía Local de la ciudad tramitó a lo largo del pasado año un total de 74 multas contra negocios por mantener abiertas las puertas más tiempo del que les permite la legislación vigente. El número de sanciones se incrementó en un 13,51%, según dio a conocer el cuerpo de seguridad, con respecto al año 2016.
Pero no fueron las únicas multas, dado que los agentes tramitaron otras 87 por el incumplimiento de la normativa en materia de ruidos. Los policías comprobaron antes de incoar el expediente sancionador que los infractores trabajan con las puertas y ventanas abiertas y después de realizar mediciones de sonido en el interior de los locales, entre otras medidas. Las sanciones también subieron un 10,34% con respecto a 2016.
En el balance hecho público ayer por la Jefatura de A Ponte se explica que también fueron cursadas 18 multas por infracciones contra la ley antitabaco. En este apartado, el número de casos aumentaron un 38,88 % con respecto al 2016, algo que los policías locales achacan a una relajación y menor presión social o mediática contra los fumadores y la venta de cigarrillos.
Durante el año que acaba de finalizar el área administrativa de la Policía Local tramitó un total de 509 denuncias por diferentes materias ante la Administración, en las que no se incluyen todo lo relacionado con la circulación viaria o cuestiones judiciales.
Entre ellas también aparecen los animales de compañía, que provocaron un total de 16 expedientes, un 31,25% más que el año anterior, un incremento que los agentes achacan a una concienciación y sensibilización social mucho mayor contra el maltrato y abandono de los animales.
Por contra, los policías locales tramitaron menos sanciones (49)por el mantenimiento de edificios y por carecer de licencias de actividad. En este último apartado fueron 27, que según los datos que hizo públicos el cuerpo de seguridad, son un 50% menos que en el ejercicio anterior.
La colocación de carteles de forma ilegal en fachadas, muros y las distintas calles del casco urbano ourensano provocaron el pasado año 2017 nueve denuncias.
