La guarida del lobo, en San Cibrao

Andrés Martínez, con la foto de su hijo.
En el Concello de San Cibrao se cuentan historias de lobos. Relatos tristes y basados en la realidad, que marcaron para siempre a sus vecinos. En 1974, dos niños de corta edad perecieron atacados por la alimaña.
La historia del concello de San Cibrao y la del lobo se cruzan de vez en cuando. La alimaña mató en el año 1974 a dos niños de corta edad y dejó malherida a una pequeña en este municipio. 'Nunca nos olvidaremos de nuestro hijo, después de tanto tiempo aún no superamos el dolor', asegura el padre de uno de los menores muertos, Andrés Martínez.

El lobo mantenían entonces aterrorizado a todos los vecinos y el animal vuelve a poner ahora a San Cibrao en la palestra. Por un lado, porque los ataques de entonces y los momentos vividos sirvieron para ilustrar la reposición televisiva de la serie del fallecido Félix Rodríguez de la Fuente 'El Hombre y la Tierra' y, por otro, porque en Rante (San Cibrao) recaló un ex pastor cordobés que durante 12 años vivió con los lobos en Sierra Morena.

En San Cibrao, casi todas las personas recuerdan la tarde del 5 de junio del año 1974 cuando una vecina de Currás, Luisa Pérez, estaban trabajando en una finca mientras sus dos hijos jugaban en un extremo del terreno. Tres días antes, el lobo había atacado a un niña del municipio, a la que dejó herida y pudo salvarlse, pero Luisa Pérez ni se pudo imaginar que, mientras cavaba las patatas, la fiera atacaría a sus hijos. Pero así fue, se abalanzó sobre los pequeños y enganchó con la boca al más pequeño, de 11 meses.
A los gritos de auxilio de Luisa Pérez acudieron numerosos vecinos que lograron arrebatar el niño al lobo en medio de la maleza aún con vida, falleciendo posteriormente. 'Se llamaba José Tomás', lamenta su padre entre sollozos.

Cuatro días después, la alimaña atacaba a otro niño, Pedro Javier Iglesias, de tres años, cuyos padres estaban emigrados en Alemania.

El menor estaba a cargo de su abuela, Saladina Martínez, que al igual que en el caso anterior, lo había dejado en un extremo de la finca mientras cultivaba patatas en los alrededores del pueblo de Outeiro do Campo, a escasa distancia de Currás. 'La mujer intentó arrebatárselo y el lobo aún llegó a soltarlo, pero volvió a echarle la boca y se lo llevó', explica un vecino, Manuel Rodríguez.

Los vecinos acudían a trabajar al campo metiendo a los niños en jaulas de madera, mientras el entonces Gobierno Civil organizó varias batidas que finalizaron el 15 de julio con una loba, de 40 kilos de peso, muerta de un disparo. Fue abatida de madruga en la localidad de Souto Penedo por el cazador Adolfo Balbis. Los vecinos exhibieron el animal, incluso en la calle del Paseo de la ciudad. 'No sé si el lobo abatido fue el que mató a mi hijo, a mí nadie me informó de nada', recuerda Andrés Martínez. Él asegura que nunca olvidará la tragedia.

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