SUCESO

Los ladrones de ancianos podrían esconderse en la ciudad tras los robos

La Guardia Civil sospecha ahora que los autores del asalto en A Peroxa son los mismos que robaron al párroco de Esgos y al vecino de Cartelle 

La brutal paliza que propinaron los ladrones al matrimonio de Santo Estevo (A Peroxa), Manuel Váquez Váquez, de 70 años, y su esposa, Josefa Vázquez González, de 68, para robarles 4.000 euros, encendió todas las alarmas en la Comandancia de la Guardia Civil. Y no es tanto por la violencia que utilizaron los delincuentes, que también, sino porque el asalto ya no es una cosa puntual, es obra de una banda que podría estar en estos momentos vigilando a otras per- sonas mayores en cualquier otro pueblo del rural ourensano para dar un nuevo golpe.

Los investigadores ya trabajan convencidos de que los agresores del matrimonio de A Peroxa son los mismos que golpearon el pasado día 8 al párroco de Vilar de Ordelles (Esgos), José Ramón Garrido, de 84 años, al que robaron 500 euros, y, dos días después, entra- ron en la casa de Manuel Cacheiro, de 81 años, en A Seara (Cartelle).

Las víctimas sólo llegaron a ver a cuatro delincuentes, pero la Guardia Civil baraja la hipótesis de que son más, al menos cinco, dado que el quinto, en los tres asaltos, se quedó vigilando dentro de un coche para darse a la fuga ante el menor problema. 

CARRETERAS LOCALES

El robo de A Peroxa obligó a agilizar la investigación y, según fuentes del instituto armado, la banda podría refugiarse en la ciudad tras perpetrar los robos. De hecho, desde el cuartel de Santa Mariña se dieron instrucciones para incrementar los controles nocturnos en todos los accesos al casco urbano ourensano desde Maceda, Barbadás, San Cibrao y Coles. Los agentes están convencidos de que los ladrones suelen utilizar carrete- ras secundarias y pistas forestales para burlar los controles policiales.

Los investigadores tampoco des- cartan que la banda la integren delincuentes fichados que precisan del dinero para adquirir sustancias estupefacientes.

GUANTES Y CAPUCHAS

Los ladrones iban encapuchados y en los tres asaltos utilizaron guantes para no dejar huellas, pero la Policía Judicial de la Guardia Civil encontró en las tres viviendas y sus alrededores colillas, papeles, telas e incluso una barra de hierro, material que enviaron a su laboratorio de Criminalística en Madrid por si pudiera arrojar luz en la identificación de los ladrones.

En el asalto de A Peroxa, los de- lincuentes sustrajeron, además de los 4.000 euros, los dos teléfo- nos móviles del matrimonio. Los agentes revisaban ayer los alrededores del pueblo por si se habían desprendido de los aparatos, al tiempo que recaban información en las compañías de telefonía para cerciorarse si estaban operativos, los habían utilizado o vendido.

Los agentes interrogaron a de- lincuentes residentes u oriundos de A Peroxa a la búsqueda de al- gún dato, o si habían facilitado al- gún tipo de información a alguna persona sobre las víctimas. Desde la Comandacia se alertó a todos los responsables de puestos de los cuarteles de la provincia para que extremen la vigilancia de noche en los pueblos más alejados.  

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