Su ubica en una antigua fábrica que estuvo en producción en la localidad de Teimende durante un siglo
Parada de Sil abrió ayer las puertas del primer museo dedicado al chocolate de Galicia. Una antigua fábrica situada en la localidad de Teimende, que comenzó a procesar y comercializar este dulce producto a finales del siglo XIX, fue completamente restaurada y acondicionada, poniendo en funcionamiento toda la maquinaria que llevaba décadas en desuso, para disfrute de vecinos y turistas.
El acto de inauguración de la Casa-Museo do Chocolate superó todas las previsiones del Concello y cientos de personas participaron en él, teniendo que hacer turnos para entrar a recorrer las dependencias y para ver el video que se elaboró para la ocasión. "Había máis xente fóra que dentro do edificio", señala un miembro de la organización. El acto de inauguración contó con la presidencia del alcalde de Parada de Sil, Francisco Magide, quien agradeció a la familia Casares haber cedido la casa para habilitar el museo, así como a la Axencia Galega de Turismo y a la Diputación por el apoyo que prestaron a este proyecto,que espera que contribuya a atraer más gente a la Ribeira Sacra.
La directora de Turismo de Galicia, Nava Castro, sorprendida por la afluencia y el interés que había suscitado este proyecto, felicitó al Concello y a la familia Casares por haber posibilitado e impulsado el proyecto que, según dijo, "constituirá unha palanca máis para que a Ribeira Sacra sexa Patrimonio da Humanidade".
En el acto también intervinieron las hijas del último fabricante de chocolate, Ricardo Casares, quienes recordaron vivencias de su niñez y adolescencia y cómo ayudaban a su padre a envolver las tabletas o iban con él a venderlas. También los nietos de Ricardo señalaron como vivieron siempre en un ambiente en el que el chocolate estaba presente y recordaron a sus abuelos "siempre con una tableta de chocolate en la mano para regalar".
Tras el acto de inauguración se proyectó, en el local social de Teimende, un video que reflejaba todo el proceso de fabricación del chocolate. La jornada finalizó con un almuerzo, en el que participaron alrededor de 200 personas y en el que se sirvieron los emblemáticos barquillos de Parada de Sil y chocolate hecho exprofeso para la ocasión en la fábrica recién restaurada.
