REPORTAJE

El paseo más difícil de Manuel

Ourense. 30-09-2016. Los avatares diarios de Manolo y su silla de ruedas. paz
photo_camera En algunos pasos de cebra de la ciudad hay rebaje por un lado pero por el otro hay un bordillo.

La ciudad de Ourense plantea un sinfín de barreras arquitectónicas para las personas con algún tipo de discapacidad. Manuel es usuario de silla de ruedas y se ofreció a hacer dar un paseo para demostrarlo. 

Ourense no es una ciudad accesible, así de claro lo dicen desde la Federación de Asociaciacións de Persoas con Discapacidade de Ourense (Discafis- Cogami). Para comprobar si es verdad o no esta afirmación, un empleado de dicha entidad y usuario de silla de ruedas, Manuel Nóvoa Pérez, se ofreció a mostrar las dificultades que tiene para moverse por la ciudad debido a sus numerosas barreras arquitectónicas. Manuel es usuario de silla de ruedas desde siempre, sufre de parálisis cerebral, pero eso no le impide llevar una vida activa y dinámica. Se diplomó en Empresariales y ahora trabaja en la asociación ayudando y colaborando en diferentes iniciativas para fomentar la movilidad en la ciudad. 

Manuel nos recibe en su casa, en la rúa Alfonso X el Sabio, cerca del Auditorio. Ya desde la salida las complicaciones llegan en un paso de peatones en el cual Manuel no puede bajar de la acera porque no está rebajada a nivel del cruce: "Teño que baixar pola estrada e logo buscar un lugar que non estea tan elevado para poder voltar á beirarrúa". 

El camino continúa y a duras penas cabemos los dos en la acera para hablar tranquilamente. "E sorte que non hai un coche ou un camión subido", comentó Manuel. Durante el paseo, en apenas 100 metros, aparece la barrera al lado del auditorio. El acceso al edificio es una cuesta y remata en un rebaje en paso de cebra pero, cuando la persona usuaria en silla de ruedas cruza por el paso, se encuentra con un bordillo tan alto como un escalón al otro lado del cruce.  Manuel Nóvoa asegura que "como este hai moitos casos en Ourense". Al no poder cruzar,en la rúa da Canle, este usuario tiene que continuar su camino por la acera del Auditorio hasta el cruce que hay en la rúa Pena Trevinca con Emilia Pardo Bazán: "Este cruce é o máis complicado para min, porque se quero ir ao casco vello pola rúa San Francisco teño que baixar por unha beirarrúa estreita ata o paso de peóns". En cuanto llegamos al lugar, se ve perfectamente el riesgo que tiene a la hora de cruzar. La acera es una cuesta muy empinada que se estrecha cada vez más y acaba en un escalón en el que Manuel tiene que esperar a que dejen de pasar coches para bajar, porque si no le pueden atropellar.

Una vez pasado eso, los problemas de accesibilidad siguen apareciendo. Manuel tiene que usar un vado con rebaje para subir a la acera, con la fortuna de que no le sorprendió ningún coche. Sigue su camino y se topa con un estrechamiento en la acera y se para para explicar los siguiente: "A causa da miña enfermidade (parálisis cerebral) sufro espasmos e teño medo a que me dea algún, pulse o mando da cadeira, e caia polo borde". Ya no hizo falta continuar el recorrido para ver lo difícil que es ser usuario de silla de ruedas en Ourense. 

Hay mejoras

A pesar de todo, Manuel resalta que "Ourense mellorou moito, pero aínda lle queda". La asociación donde él trabaja, Discafis-Cogami, está dentro de la Mesa da Mobilidade del Concello, "aportando aqueles puntos que consideramos, poden mellorar o día a día das persoas con mobilidade reducida", cuenta una compañera de Manuel en la asociación, Montserrat Vázquez. Esta trabajadora reitera que la accesibilidad "é algo que enriquece a toda a cidade e os seus habitantes, teñan ou non unha discapacidade, xa que persoas maiores, con lesións temporais, persoas que vaian con algún tipo de “carro”, van a moverse mellor pola cidade". Porque lo importante para las ciudades es que acojan a todos sus ciudadanos y ciudadanas por igual y que poco a poco las barreras arquitectónicas se vaya eliminando y así todo el mundo pueda sentirse cómodo donde vive.

El problema de adaptar los locales del casco vello para las sillas de ruedas

En Discafis- Cogami resaltan que "hai que ter presente ao colectivo de persoas con discapacidade nos plans de futuro da cidade, pola poboación envellecida que ten, e porque esta é unha cidade que está traballando por atraer a turistas, e para elo se deben ofrecer servizos accesibles". Montserrat Vázquez explica que las zonas de nueva construcción ya se hacen pensando en este colectivo y la legislación obliga a un local de nueva apertura sea accesible para cualquier persona. En cambio, cuenta que "hai moitas carencias nos locais, con escaleiras nas entradas, ou con baños sen adaptar, por exemplo. O casco vello sofre máis este problema pola dificultade de poder facer obras en edificios históricos". Y eso limita mucho a estas personas, ya que la vida social y de ocio en Ourense se concentra en esta zona y estas personas no pueden disfrutarla. 

Por otro lado, las plazas de aparcamiento adaptadas, deben tener espacio para que la persona pueda hacer la transferencia de la silla de ruedas al coche  y deben estar cerca de los pasos de peatones y tendiendo en cuenta la pendiente de la calle, explica esta empleada de la asocación. Pero en muchas ocasiones "séguense a ver algunhas prazas en zonas con gran pendente e coa medida dunha praza ordinaria, cando deben ser mais amplas, segundo a normativa vixente". Montserrat Vázquez aclara que la ciudad no sólo debe adaptarse a las personas  en silla de ruedas si no que hay que dotar al entorno urbano de "elementos visuais e táctiles que poidan facilitar a mobilidade de persoas con discapacidade sensorial, auditiva ou visual".

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