MÚSICA

Rudresh Mahanthappa, coitus interruptus

Noche de luna llena, o de superluna como se apuntan en noches como estas con cierta cursilería. Está plena, si la apuntas con un dedo te llena la mano. Nadie duda de la influencia de la luna.

Rudresh Mahanthappa aterriza sobre el estrado con vehemencia, despliega sus grandes ojos sobre la sala como un halcón que ya busca la presa. Los primeros compases nerviosos resuenan con ecos, melodías entrecortadas que golpean. “Bird Calls #1”es una composición majestuosa, no se limita a caminar por las melodías trilladas del venerado Charlie Parker sino que son mera excusa para no perderse, cada nota es un destello, cada fraseo un homenaje acompasado perfectamente recogido por un trompetista de lujo que lo acompaña, AdamOurense. 13-11-2016. Rudresh Mahanthappa en el concierto de jazz del Latino. Paz O’Farril, que ejerce de perfecto gregario en casa del anfitrión, en apariencia frío y distante, pero muy atento. Al menú le faltan las esencias de una buena cocina hindú, que no ciertos sabores, de cuando en vez estos resuenan y evocan un viaje que promete llevarnos bien lejos. Sobre el piano, Matt Mitchell, brillante, de fraseo limpio y profundo, mínimo si es preciso con la destreza que gastan los grandes. Memorable el mano a mano con Rudy Royston en la batería, un duelo al sol bajo la influencia de la luna. François Moutin, que como un duende misterioso desplegaba sus dedos que parecían brazos sobre las cuerdas del contrabajo, ejerciendo de martillo rítmico de quien cimbrea el destino en buena compañía.

Todas la canciones del hindú Rudresh Mahanthappa apuntalan la casa parkeriana hasta límites imprevisibles, “Bird Calls”, su disco suena mucho más lejos y al mismo tiempo no deja de ser una buena manera de aproximarse a su legado. “On the DL”, suena bien, Parker se pasea en cuerpo y alma para regocijo de presentes. Todas las canciones de Parker estaban basadas en canciones previas, esta se ampara en Donna Lee. Es un lujo una banda que se atreve con todo, sin flagelos atropellados, desplegando cada melodía sobre el pedestal y un respeto de devocionario. Parker, Coltrane, Thelonius, la noche es pura negritud y deseo. Pero el halcón anda nervioso, la luna llena le hace sobrevolar la sala casi tantas veces como inserta la boquilla en su saxo, cada cinco minutos. Cada espectador es un testigo incómodo que le requiere inmortalizar, sino el alma, parte de su espectáculo. No está dispuesto, una, dos, tres veces alza la mirada y da signos claros evidentes de contrariedad “no more pictures”. Son los Ourense. 13-11-2016. Rudresh Mahanthappa en el concierto de jazz del Latino. Paztiempos modernos Rudresh, el público ahora ve el espectáculo sobre la pantalla de su teléfono móvil. Así es un engorro. A uno de ellos, como caído en desgracia se le dispara la grabación del celular con el percutir del contrabajo de fondo. Rudresh se lanza a por la víctima como un profesor dispuesto a reprender a sus pupilos; el respetable hace mueca y mira hacia el infinito . El halcón, con los ojos hinchados en sangre, regresa. Nada será ya igual, la magia se pierde, la noche se acaba. Ni un bis, sobre la mesa los discos del artista. Todos pensamos, lo mismo. Si quieren seguir disfrutando, compren el disco. Eso hacemos. A veces el amor no llega a buen puerto, o sí.

Café Latino;

Rudresh Mahanthappa – Domingo 13 Noviembre 22:30h (10 euros)

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