En un total de 318 divorcios, 273 fueron concedidas a la madre y 30 acabaron en régimen compartido
La concesión de la custodia en los casos de divorcio en la provincia continúa siendo mayoritariamente para las mujeres. En el 2013, según los últimos datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística, de un total de 318 casos en los que procedía la solicitud de custodia, 273 fueron para la madre, 14 para el padre, 30 compartidas y una para otros (familiares o instituciones).
Aunque según la abogada ourensana Victoria Diéguez, algo sí ha cambiado en los últimos tiempos. "Ya no es como era habitual hace muchos años, cuando la custodia por principio siempre era para la madre. Ahora hay que probar quién de los progenitores está más horas dedicado al cuidado de los hijos y qué solución es la que menos afectará a la vida cotidiana del menor", asegura.
Es cierto, y las estadísticas así lo indican, que el ejercicio de la paternidad ha ido evolucionando y los padres en la actualidad dedican más tiempo a sus hijos, pero ese incremento aún no llega para igualar en horas la vinculación de la madre con los hijos. Siguen siendo mayoritariamente ellas las que acuden a las entrevistas en los colegios o al pediatra, entre otros asuntos.
"También es verdad", afirma Victoria Diéguez, "que según mis experiencias, la madre se siente muy culpable si no pide la custodia, y es una realidad que, además, la sociedad le devuelve ese sentimiento de culpabilidad, mientras que para el hombre no es lo mismo".
En cuanto a las custodias compartidas -30 concedidas en 2012 y la tendencia que va en aumento-, la mayoría de ellas son solicitadas por parte paterna. "Raramente, los padres solicitan la custodia única, piden la compartida", explica Diéguez, quien añade, además, que esta opción "es para situaciones igualitarias que no se dan en la realidad social".
La custodia compartida prevé habitualmente que los menores convivan con cada progenitor durante una semana en cada casa. En estos casos, no hay pensión alimenticia, sino una cuenta común para los gastos compartidos.
Según la abogada ourensana, "esta solución a veces es muy complicada, ya que cuando la pareja ha roto es difícil mantener el respeto y un total acuerdo para la educación de los menores".
