ATENTADO EN 1995

O Bolo pide justicia para los asesinos de Luciano Cortizo

photo_camera Petronilo Alonso Fernández, primo del comandante asesinado en 1995, muestra la casa familiar.

El procesamiento de dos etarras rememoró en su aldea natal los hechos ocurridos hace 20 años 

El procesamiento de dos etarras por el asesinato del comandante del Ejército de Tierra Luciano Cortizo Alonso comienza a arrojar luz sobre el atentado cometido el 22 de diciembre de 1995. La decisión del juez de la Audiencia Nacional Juan Pablo González también empieza a cerrar uno de los capítulos más tristes de la aldea de Santa Cruz (O Bolo). "Me alegro de que los cojan y que les den su merecido. Pasaron muchos años y casi lo teníamos olvidado, pero es estupendo que la Justicia funcione", comentó ayer Petronilo Alonso Fernández, primo del militar.

Los padres de la víctima fallecieron posteriormente y ya no conocerán el procesamiento iniciado contra los etarras Soledad Iparraguirre "Anboto" y Sergio Polo Escobes "Lur". Dos décadas después del atentado, el caso fue reabierto cuando la Fiscalía encontró indicios contra ellos en las investigaciones que las fuerzas de seguridad realizan periódicamente de atentados que están sin resolver.

El primo del comandante Cortizo no fue el único que aludió al largo tiempo que transcurrió desde el atentado. "Debía resolverse antes", comentó Milagros Rodríguez Rodríguez, una vecina de la aldea que mantuvo una estrecha relación con la familia.

Luciano Cortizo residía en León cuando fue asesinado con una bomba lapa y en la ciudad leonesa reposan sus restos. Santa Cruz desplazó un autobús para asistir al sepelio. "O meu marido foi ao enterro", explicó Encarnación Benéitez Fernández. Su hermana, Trinidad, aunque estaba en Madrid, también quiso acompañar a la familia. "Fui desde Madrid. Estuve en León, en el entierro".

Hacía años que el comandante, nacido en una familia de militares y guardias civiles, no tenía su residencia habitual en la localidad bolesa, aunque se desplazaba de vez en cuando. Acostumbraba a pasar muchos ratos con Miguel Fernández Couso. "Era boa persoa. Era do pobo, o coñecíano todos os veciños. A súa morte afectou bastante", comentó. "Levábamos moi ben. O pobo sentiuse moi mal coa súa morte", corroboró otra vecina: Purificación Vega Gago.

Petronilo Alonso aún recuerda cómo tuvo noticia del atentado: "Lo vi en televisión, comiendo con un compañero. Oí que ETA había cometido un atentado en León y que el coche era un Ford Orion. Me dije, vaya tengo un primo en León que tiene ese coche. Después, me di cuenta de que era él".

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