ourense no tempo

La recta de Piñeira de Arcos (Sandiás)

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photo_camera Circa 1940: Recta de Sandiás. Archivo Asdrúbal Ferreiro.

Hoy, gracias a esta fotografía, os muestro una de las rectas que los niños de los setenta aprovechábamos para pedir al conductor que le pisara, aquellos 110, 120 km/h como mucho, parecían 280 de hoy

Algún día me gustaría recopilar todas las fotografías que pueda del estilo de la de hoy, y narraros paso a paso lo que era un viaje a Madrid por las antiguas carreteras nacionales. Yo, por experiencia personal, os podría hablar de la etapa de finales de los setenta, que ya era ¡miel sobre hojuelas!; pero muchos de mis amigos me hablan de viajes casi épicos, en aquellos Seat 600 de finales de los cincuenta, nueve o diez horas de tortuosas curvas con frecuentes y muy necesarias paradas.  A pesar de las incomodidades, tenía un encanto especial, conocías de verdad el recorrido, veías el paisaje, y te metías entre pecho y espalda unos bocatas de impresión (los restaurante de carretera buscando hacerse fama entre camioneros y  viajeros habituales no escatimaban en tamaño y relleno).

Hoy, gracias a esta fotografía, os muestro una de las rectas que los niños de los setenta aprovechábamos para pedir al conductor que le pisara, aquellos 110, 120 km/h como mucho, parecían 280 de hoy, y aún con esas velocidades “espeluznantes", tenías tiempo de darle un vistazo a las históricas torres de la Limia (según indica en la trasera de la foto, la torre que se ve al fondo es la de Sandiás).

La imagen parece ser que es de los años cuarenta, pero os aseguro que mi imagen en los setenta no difiere en exceso de esa, aún hoy en algunas zonas se conservan restos de aquellos trazados y sirven perfectamente para hacerse una idea de cómo era “aquello”.

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