XORNAL ESCOLAR

Los muros del silencio

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photo_camera Una niña sentada sola en un parque.

Autismo y acoso, pongámosle freno a esta realidad de muchos centros educativos

La justificación empírica acerca de las estrategias de modificación de conducta, utilizadas por la psicología conductista, han evidenciado su gran eficacia. 
En éstas, cuando lo que se pretende es reducir o extinguir una conducta indeseada, la propuesta de actuación es ignorar su ejecución, potenciando, mediante un refuerzo positivo, aquellas conductas alternativas que se pretenden fomentar, pues no hay mayor castigo que convertir el acto personal en un hecho de cristal e invisible.

Pues bien, cuando el hecho ignorado es la persona en sí misma, entonces el efecto se produce, ya no sobre el acto realizado, sino sobre la entidad personal en su globalidad; pero, además, cuando esta persona ignorada presenta una discapacidad, caracterizada, precisamente, por la presencia de limitaciones en la interacción de tipo social, como es el trastorno del espectro de autismo, entonces, ha de enfrentarse, ya no solo al muro interno de su retraimiento, sino también, al silencio que le rodea, provocado por el sentimiento de sentirse nadie, en medio de otras personas, que giran a su alrededor sin verle, nadie le insulta, nadie le molesta, nadie se acerca, no hay agresión física ni verbal, simplemente, la persona ignorada, solo, se siente nada.

PERO, LA EXCLUSIÓN SOCIAL ES UNA CONDUCTA GRAVEMENTE PERJUDICIAL PARA LA CONVIVENCIA

Sin embargo, esta actitud social aparentemente inocua, ya que no hay pruebas que inculpen a nadie, es considerada un proceso claro de exclusión social, que, según los estudios de la organización Save the Children, constituye la 4ª causa más frecuente de maltrato entre estudiantes en el ámbito escolar, siendo, además, constitutiva de un hecho considerado grave dentro del ámbito de la convivencia en los centros educativos, tal como indica la Ley 4/2011, de 30 de junio, de Convivencia (DOG de 15-7-2011), en su art. 15º (b), que dice que, entre las conductas, que afectan gravemente a la convivencia, están “los actos de discriminación graves contra los miembros de la comunidad educativa por razón de (...) discapacidades (...)”

ENTONCES, ¿QUÉ HACER?

Hay disponibles multitud de programas para trabajar educativamente los contenidos transversales, relacionados con la mejora de la convivencia, en relación con la educación en valores o la resolución de conflictos de forma pacífica (...), muchos de los cuales, contienen fichas excelentes para cubrir por los estudiantes, que son, a menudo, trabajadas en los centros educativos.

Pero, ¡no los apliquen así!, cuando traten estos temas, hagan lo siguiente: -organicen la clase en subgrupos de 3-5 estudiantes de forma heterogénea, planteen un tema objetivo, por ejemplo: “Adrián casi siempre está solo, los demás ya le dejan a su aire, pues creen que lo prefiere así”, propongan algunas cuestiones para resolver en cada subgrupo: ¿qué siento si me pongo en la situación de Adrián? ¿qué siento cuando los demás me ignoran?, faciliten algunos materiales de ayuda, propongan la construcción de la vivencia de los personajes incluidos en el tema, mediante un Role- Playing, en el cual, cada estudiante interpreta la acción acordada dentro de las tareas distribuidas en el subgrupo, finalmente, permitan a los estudiantes interpretar el teatro simulado al conjunto de la clase.

Ahora, que ya se han vivido las emociones empáticamente, ahora que ya se ha hecho visible lo que antes era transparente, ya puede comentarse el hecho, debatirse y llevarlo a la práctica en el siguiente recreo.

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