La rehabilitación de la aldea abandonada de Santo André (Rairiz de Veiga), que compró un vecino de Congostro, culmina tras cinco años de obras. Consta de seis casas (seis habitaciones dobles, dos apartamentos, centro social y restaurante).
La aldea abandonada de Santo André, ubicada en el municipio de Rairiz de Veiga, abrirá como complejo turístico en un plazo de dos meses. Consta de seis casas, que suponen seis habitaciones dobles, dos apartamentos y centro social, además de un restaurante en el que tan sólo queda pendiente instalar la cocina. La rehabilitación está culminada después de cinco años de obras en las que se embarcó Carlos Rodríguez Morgade, de 39 años, capataz en una empresa forestal y concejal del grupo de gobierno. Xa tiña que estar aberto hai meses, pero sempre hai algún trámite que se retrasa. Agora, por fin, é cuestión de semanas. Sólo falta a cociña do restaurante, explicó.
Rodríguez Morgade, que es de Congostro, localidad situada junto a Santo André, compró la aldea por el amor que siente a su tierra y el medio rural. Eu non son empresario, senón un traballador. Os cinco anos de obras supuxeron un traballo descomunal, sin descanso sábados domingos e festivos e sacrificar a vida persoal. Si fose hoxe o pensaría dúas veces, pero estou satisfeito pois é unha forma de contribuir ó desenvolvemento e proxección de Rairiz e a comarca de A Limia, relata.
Afirma que el pueblo ya está recibiendo visitas de foráneos y curiosos que quedan maravillados ca restauración. Aínda que é moito máis pequeno que o de Couso (Sarreaus), dende Santo André se divisa todo o val de A Limia, ten unhas vistas preciosas.
Ahora, creará una página web para promocionar el pueblo, que también será adscrito en la central de reservas de Tour Galicia. Además, se pondrá en contacto con touroperadores a nivel europeo con el fin de atraer turistas. Son moitas as persoas que optan por o turismo rural e penso que vai ter éxito, concluyó.
Atractivos
Santo André es una aldea muy pequeña cuyas casas en el pasado eran de la misma familia. En el 2004 fue abandonada por sus dos últimos habitantes, fecha en la que Carlos Rodríguez Morgade materializó la compra. Non hai moitas aldeas en Galicia recuperadas en su integridade para o turismo rural. En A Limia, só hai a de Couso (Sarreaus), aclaró el promotor.
Santo André, que en el año 850 albergó un convento de San Benito del que ya no queda ninguna huella, ofertará tranquilidad, paisaje y la posibilidad de disfrutar de rutas de senderismo, además del patrimonio que brinda la vecina localidad de Congostro, que hoy ya cuenta con visitas de escolares y de excursionistas.
Rodríguez Morgade, que es de Congostro, localidad situada junto a Santo André, compró la aldea por el amor que siente a su tierra y el medio rural. Eu non son empresario, senón un traballador. Os cinco anos de obras supuxeron un traballo descomunal, sin descanso sábados domingos e festivos e sacrificar a vida persoal. Si fose hoxe o pensaría dúas veces, pero estou satisfeito pois é unha forma de contribuir ó desenvolvemento e proxección de Rairiz e a comarca de A Limia, relata.
Afirma que el pueblo ya está recibiendo visitas de foráneos y curiosos que quedan maravillados ca restauración. Aínda que é moito máis pequeno que o de Couso (Sarreaus), dende Santo André se divisa todo o val de A Limia, ten unhas vistas preciosas.
Ahora, creará una página web para promocionar el pueblo, que también será adscrito en la central de reservas de Tour Galicia. Además, se pondrá en contacto con touroperadores a nivel europeo con el fin de atraer turistas. Son moitas as persoas que optan por o turismo rural e penso que vai ter éxito, concluyó.
Atractivos
Santo André es una aldea muy pequeña cuyas casas en el pasado eran de la misma familia. En el 2004 fue abandonada por sus dos últimos habitantes, fecha en la que Carlos Rodríguez Morgade materializó la compra. Non hai moitas aldeas en Galicia recuperadas en su integridade para o turismo rural. En A Limia, só hai a de Couso (Sarreaus), aclaró el promotor.
Santo André, que en el año 850 albergó un convento de San Benito del que ya no queda ninguna huella, ofertará tranquilidad, paisaje y la posibilidad de disfrutar de rutas de senderismo, además del patrimonio que brinda la vecina localidad de Congostro, que hoy ya cuenta con visitas de escolares y de excursionistas.
