La industria forestal y el turismo son los dos motores que deben marcar el futuro de Entrimo, en palabras de su regidor
La industria forestal y el turismo son los dos motores que deben marcar, en palabras del regidor Ramón Alonso, el futuro de Entrimo. El único alcalde socialista de la Baixa Limia es muy crítico con la gestión que, del Parque do Xurés y la problemática de la despoblación, lleva a cabo la Xunta de Galicia, aunque atisba un grado de esperanza que pueda frenar el abandono del medio rural.
En concellos pequeños como el suyo, el alcalde es...
Un gestor de las competencias que le vienen asignadas y las que no lo están. Aquí somos como esas navajas suizas que vas abriendo y cada vez descubres una faceta nueva: desde consultor sentimental, asesor financiero, compañero de fatigas,... Los vecinos son un saco sin fondo, que acuden a uno a poner soluciones a problemas cotidianos del día a día.
¿Qué planes tiene para Entrimo?
Yo no quiero ser pesimista, mientras estemos aquí es porque pensamos que se puede hacer algo. Nuestros dos ejes, en los que llevamos trabajando 12 años, son el turismo especialmente ligado a la riqueza natural, y conseguir que el medio forestal tenga una explotación asociada a la industria. Y, con más o menos fortuna, en eso seguimos. Pensamos que es nuestra obligación. Nos resistimos a estar únicamente aquí para dar la extremaunción al vecindario y creemos que se puede hacer.
El envejecimiento y la despoblación son una lacra para el municipio, ¿qué soluciones puede ofrecer la administración?
Es un tema bastante complejo en el que desde luego un concello solo, tal y como está diseñado ahora mismo el sistema, no tiene ni competencias, ni medios de financiación. Hoy en día el responsable objetivo es la administración autonómica, quien es la que tiene competencias directas en medio rural, medio ambiente, prevención de incendios, patrimonio, cultura, empleo... en todo lo que afecta al global del problema que tenemos que atajar. Si realmente interesa, que yo ya lo dudo bastante, es necesario llevar a cabo una política integral para recuperar el medio rural, que es cada día es más alarmante y está en fase terminal.
Como representante de la administración más cercana al territorio, ¿cuál debería ser el primer paso?
Hoy ya no valdría con fijar población, necesitamos que incremente. Y si no hay una política de inversión para que el rural sea atractivo, ofrecer medios de vida razonablemente dignos, no vamos a conseguir nada. En este sentido y dentro de la desgracia que están viviendo los refugiados sirios, creo que esta puede ser una oportunidad para los concellos del rural como el nuestro, que necesitamos asentar población. Somos una tierra que necesita gente y por eso, desde un primer momento estamos en contacto con la Fegamp para acoger refugiados. Tenemos un albergue de montaña y varias viviendas sociales donde, tras forzar una rehabilitación, podríamos dar cobijo a varias familias.
¿Cómo lleva la problemática de los incendios?
El tema de incendios no se puede desligar toda la problemática que está ocurriendo en el rural. Hoy en día el monte es un polvorín, pero es que el monte está ya encima de los pueblos. Esto es una bomba de relojería. Sin que se afronte el problema del abandono del rural en profundidad, ni los incendios ni otras muchas cuestiones que afectan al interior de la provincia se van a poder resolver.
Y en este panorama, ¿qué papel juega el Parque do Xurés?
Es una obviedad que el parque no existe. A mí me da mucha lástima, y sin ánimo de hacer crítica política, esta inexistencia, esta dejación que no sé si es por falta de voluntad o falta de medios. Después de todo el esfuerzo que hicimos todos los concellos de cara a mentalizar a la población, tan reacia a la figura del parque, para que ahora veas que solo nos dejaron con las limitaciones... Es frustrante. Ojalá que en algún momento la Xunta tome la decisión de asumir sus responsabilidades y dé señales de que tienen pensado hacer algo con esto, porque es una auténtica vergüenza. No hay nada ¡ni a quién dirigirse!
Y a pesar de todo, apuesta por el turismo como uno de los motores de dinamización.
Si, creemos en nuestro potencial natural e intentamos hacer de él, un distintivo de calidad. Dentro de que estamos en un espacio espectacular, queremos orientar nuestra oferta a la riqueza fluvial. Somos la primera reserva internacional con el río Leboreiro y, las actuaciones que estamos haciendo en el río Pacín van encaminadas a potenciar este tipo de turismo que sabe apreciar ríos todavía vírgenes. Buscamos también que la gastronomía tenga un toque peculiar con las cachenas y las forquellas, cuyo sector confiamos en impulsar aprovechando la repercusión que supuso la inclusión del término en el diccionario gallego. Sin dejar de lado el turismo cultural, con la intensa programación veraniega y la publicación en 2016 de un libro que resalte nuestro patrimonio arquitectónico.
Háblenos del proyecto forestal que tienen en marcha, ¿en qué consiste exactamente?
Llevamos seis o siete años trabajando, con muchas dificultades administrativas y burocráticas, para que se pueda llegar a establecer en el concello una industria de transformación de madera que lleve asociado el aprovechamiento de los restos del monte, de la biomasa, para completar el complejo industrial. Para ello, una de nuestras bazas es la gestión directa que hacemos de casi 1.000 hectáreas de monte. La idea es que sirva de ejemplo para las comunidades de montes y que pongan en valor el territorio para que sea una fuente de desarrollo y de ingresos.
¿Cuáles son sus asignaturas pendientes?
Queremos acabar el proyecto para dotar a cada parroquia con un centro social, completar la oferta de ocio del río Pacín y también finalizar, dentro de un proyecto de astronomía en el que llevamos cinco años trabajando, la creación de un edificio para la observación y el alojamiento de personas interesadas en el turismo astronómico. Colaboraremos con la iniciativa privada para completar los servicios a nivel turístico, completaremos el museo municipal y estaremos a la espera para ver que ocurre con la Puerta del Xurés de Entrimo. Todo ello sin descuidar los servicios básicos que la gente usa día a día y donde tenemos que ofrecer la mayor calidad posible.
