El 15-M es imparable

No me caben grandes dudas de que la idea base que prevalece en los indignados que el día 19 tomaron de nuevo las calles (entre los que estuve), es que el sistema político y económico no funciona y que la sociedad en general no satisface a nuestros jóvenes a quienes siempre se les ha señalado por ser desinteresados con la realidad circundante. Ahora han decidido dar un paso adelante y están aquí con sus consignas de cambio y su misión es que el movimiento no decaiga o degenere.
El movimiento que se inició el 15-M tuvo su salida a la luz en un momento clave sin que algunas situaciones como las de Barcelona hayan servido para amilanar a un movimiento del que no se debe olvidar su razón de ser, como un ejemplo a todos de que se pueden llevar a cabo algunos cambios profundos que habrían de partir desde lo más bajo. Cierto que existe una inquietud en favor de la regeneración de la vida pública, con propuestas sobre posibles reformas electorales o institucionales, pero hay actitudes baldías, cuando del griterío contra el capital se trata o de una huelga general.

No seamos ingenuos por favor, y en vez de echarle la culpa a todo lo que nos rodea pensemos un poco donde cada uno de nosotros podría poner su granito de arena. No cabe duda de que la simpatía social suscitada por las movilizaciones del 15-M debe ir más allá de la política, a riesgo de caer bajo las red protectora de algún grupo (IU) que rompería el espíritu de dicho movimiento.

Te puede interesar
Más en Cartas al director