mi amiga cristina fernández puga

n n nCuando se muere una amiga, te vienen a la cabeza infinidad de recuerdos que has vivido con ella.
Nos conocimos allá por el año 1975 en la primera reunión del Movimiento Democrático de Mujeres en la Torre, en casa de Isabel y Vicente (el sastre). Éramos unas sesenta mujeres que queríamos cambiar la triste trayectoria de la dictadura que nos había tocado vivir y queríamos las libertades que nos habían negado, pero bajo una mirada feminista. A partir de ahí, durante muchos años, nos hicimos inseparables. ¡Cuántas reuniones y conferencias! ¡Cuántos viajes! ¡Cuánta gente interesante conocimos en la transición y cómo disfrutamos! Fue una época en la que vivimos intensamente y no deseábamos perdernos nada.

Pienso en Cristina y veo una mujer llena de inquietudes, moderna, rompedora, intrépida (no dudó en salir al extranjero para traer la moda a Ourense), artista (sin saber de costura diseñó modelos, trajes atemporales como los de alta costura, que pasan los años y siguen sentando bien. Era apasionada en todo, le gustaba llegar hasta el límite. Era una mujer inteligente, desde joven buscó su independencia económica, siendo un paso imprescindible para toda mujer que quiera ser libre.

Me invade una gran tristeza y melancolía por tu falta prematura, pero me siento muy orgullosa de haber sido tu amiga, como muchas otras personas que te trataron y te quisieron.

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