las bicicletas, ni para el verano

Si en una ciudad como Madrid las piscinas municipales fueran todas de tres metros de profundidad, habría que tomar algunas medidas de precaución, dando por hecho que no todo el mundo puede disfrutar del baño en esas condiciones. Seguramente el uso del flotador sería obligatorio de forma generalizada para prevenir posibles tragedias.
Lo que pone en peligro la vida de los ciclistas es la enorme posibilidad que tienen de sufrir un accidente por falta de infraestructuras que les aboca a nadar en piscinas de tres metros para circular. Inviertan en evitar las causas y se reducirán de verdad las consecuencias.

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