¡CHAPEAU, señor ALCALDE de ourense!

Suele decirse que el sentido común es el menos común de los sentidos. Los gallegos lo llamamos sentidiño. Y mucho sentidiño es el que muestra el alcalde de Ourense al disponer que se utilicen las dos lenguas oficiales en las señales viarias. No sólo porque la sociedad gallega es bilingüe, sino porque parece justo facilitar las cosas a los forasteros, a los que convocamos para que disfruten de Galicia, no para crearles dificultades y complicaciones.
Los gallegos esperamos que el sentidiño del alcalde de Ourense sea contagioso, y pronto todos los concellos, diputaciones, universidades, Xunta, la administración toda, las actividades culturales todas, establezcan la utilización de las dos lenguas oficiales en todo cuanto gestionan y promueven. No sólo porque así lo establece la sentencia del Tribunal Constitucional y anteriormente el propio Estatuto de Autonomía de Galicia que apoyaron los gallegos en referéndum, sino porque la ley, el ejercicio de la libertad y el buen sentido así lo demandan clamorosamente.

El paso al frente que ha dado el alcalde de Ourense en defensa de derechos y libertades de los gallegos es un importante salto cualitativo que dice mucho de su calidad democrática.

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