LAS CONTRADICCIONES DE HOY

En la sociedad moderna, científica y dominadora de la naturaleza hasta extremos increíbles, se da una gran paradoja: la proliferación de nuevos mitos y tabúes, o sea, que el temblor que acompaña al ser humano hasta la muerte no desaparece con la técnica, aunque el ser humano alcance la edad adulta y sea capaz de asumir la vida por si mismo, sin necesidad de tutelas o direcciones externas, justificándose desde si mismo, es algo cotidiano. Pero aún así, acaba esclavizado por la técnica que lo devora o la manipula, y es aquí donde aparece el permisivismo, ya que lo que no ha permitido hoy, puede estarlo mañana.
Así, la sociedad, el sistema, las instituciones, acaparan las responsabilidades y la espontaneidad para sustituir a la libertad como determinante de la personalidad humana, y el mito lleva a la tragedia y al progresivo vacío interior, al desamparo psicológico, consecuencia de la angustia y de la soledad egoísta que aisla con su maquinita y sus imágenes virtuales, con los chateos y amistades en la red, y es entonces cuando el ser humano, más grande o más pequeño, acaba recreando los viejos mitos, en un intento de evadirse de sus íntimos temblores.

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