¿CRISIS O DEPRESION ECONOMICA ?

Desde el nacimiento de la economía moderna a finales del siglo XVIII, con la publicación de La Riqueza de las Naciones en 1776 de Adam Smith, se ha estudiado su comportamiento a nivel agregado y se sabe que está sujeta a los efectos del ciclo económico, sucesión a corto plazo de caídas y auges en la economía.
Aunque no existe una definición exacta, suele considerarse que una economía está en recesión cuando su PIB desciende durante al menos dos trimestres consecutivos. Una vez que la economía toca fondo, se inicia una nueva etapa de expansión o recuperación en las que la producción y el empleo crecen. En el caso concreto de EE.UU. desde la II Guerra Mundial se han sucedido diez recesiones, que han tenido una duración media de diez meses. En España, desde la Guerra Civil de 1936 que supuso en el terreno económico una caída del PIB en términos reales del 25,6%, se han registrado -incluida la actual- cinco recesiones. En 1945 con una caída del PIB interanual del 7,9% en una etapa de autarquía y de graves sequías, en 1959 con perdida del PIB de 0,5% debido a la dureza del Plan de Estabilización Económica que pretendía poner orden en la economía y supuso el final de la autarquía económica, en 1981 con una caída del PIB del 0,6% justificada por la segunda crisis del petróleo y en 1993 con retroceso del PIB del 1%., una tasa de paro del 25%, la deuda pública llegó a representar el 60% del PIB y el déficit público el 7,4% del PIB, mejores datos que los que tenemos hoy.

Para una economía tiene repercusiones negativas tanto encontrarse en recesión al provocar aumento de desempleo con los dramáticos costes económicos y sociales que conlleva, como en la fase alcista del ciclo con presiones inflacionistas, pérdidas de competitividad y calentamiento de la economía. Lo interesante es la estabilidad. Para alcanzar este objetivo y suavizar las fases del ciclo, hay que intervenir con políticas monetarias y fiscales. Además de la existencia del ciclo económico, una economía puede verse afectada por shocks que desencadenen una crisis económica y, en casos muy dramáticos, una depresión económica, que es una caída muy profunda y prolongada de la economía. La única evidencia empírica hasta el momento era la Gran Depresión de los años treinta que se inició en EEUU en el verano de 1929. A este hecho le sucedió el crac bursátil. En 2012 no somos Grecia (recuerdan) pero empezamos a parecernos, el efecto de los recortes y de castigos al consumo pueden resultar letales.

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