Un fantasioso amigo me cuenta que Mariano Rajoy tuvo recientemente un extraño sueño, que visitaba privadamente el Valle de los Caídos y que cuando estaba cerca de la tumba de aquel gallego bajito que mandaba tanto, surgió una voz de ultratumba, que le ordenaba: ¡Mariano, Mariano, quiero un jamón! Hasta tres veces, repitió la sorprendente súplica.
Prosiguiendo con el onírico relato, mi amigo me detalla que el presidente del Gobierno se quedó aterrado, estupefacto. Entonces, presuroso, decidió encaminarse a La Moncloa, donde le esperaba impaciente su equipo de gobierno al completo para celebrar el habitual Consejo de Ministros de todos los viernes. 'Pero, presidente, qué cara haces que mismo parece que acabas de ver a un fantasma', soltaron a coro sus colaboradores más íntimos. 'Perdonar, pero no os lo vais a creer, acabo de regresar del Valle de los Caídos y Franco me ha pedido un jamón'. Tras breve deliberación, los incrédulos ministros aceptaron finalmente la propuesta de Mariano de trasladarse al tenebroso monasterio en el que reposan los restos del dictador. Una vez allí, y en respetuoso silencio, el distinguido grupo rodeó el habitáculo funerario, mientras Mariano hacía señas para que todos permanecieran atentos al esperado mensaje del Caudillo. '¡¡Pero Mariano, cómo puedes ser tan torpe, yo te pedí que me trajeras un jamón y, en su lugar, me traes una ristra de chorizos?!! , le recriminó Franco. Y mientras todo esto sucedía, un tal Bárcenas entraba en un exclusivo bar de la madrileña calle Serrano y pedía un cortado, naturalmente de sobre?
Valga esta pequeña pincelada de humor satírico, inspirada en unos chistes que circulan por ahí, para protegernos contra la crisis y la corrupción, dos terroríficos y auténticos 'meteoritos' que se nos ha hechado encima.
Valga esta pequeña pincelada de humor satírico, inspirada en unos chistes que circulan por ahí, para protegernos contra la crisis y la corrupción, dos terroríficos y auténticos 'meteoritos' que se nos ha hechado encima.
