Culo negro, le dice el mirlo al cuervo

El eterno argumento, la Iglesia ha estado siempre ahí, forma parte de nuestra cultura, forma parte de nuestra historia, sin ella no se entendería nuestra sociedad, no se entendería nuestro arte, no se entendería nuestra fe. Esto es cierto, pero desde mi punto de vista no supone un argumento per se, para defender la presencia de la religión católica en la actualidad en todas las dimensiones que forman nuestra sociedad.
Pero es lo de siempre, desde una constante pugna por más poder, por más dinero y más privilegios se pide respeto, tolerancia y comprensión con una mano y con la otra se arremete contra todo lo que tiene una naturaleza diferente, contra quien piensa diferente o quien se queja de las consecuencias del trato privilegiado que la Iglesia católica detenta. Como siempre han estado ahí, como son tan constitutivos de esta sociedad y tan representativos pueden decir con la boca grande a cuánta gente representan, y además como son tan transigentes, tolerantes y respetuosos pueden permitirse aleccionar a los demás en este asunto.

Creo que ya está bien de tratar de dar la impresión de ser un colectivo perseguido por todos, porque es una mentira y bien grande, si todas esas personas que de verdad se sienten cristianas fuesen más transigentes y tolerantes con las diferentes realidades, preocupaciones y derechos del resto de personas que formamos este país, sin duda la Iglesia sería mejor considerada y este colectivo sería visto como un elemento positivo. Observo lo lejos que están algunas personas que se sienten cristianas, van a misa y rezan sus oraciones, de la realidad de los dirigentes de la Iglesia católica, de sus preocupaciones y pretensiones. Si Cristo volviera, él sería todo… menos cristiano, Mark Twain.

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