Los cristianos habitualmente son unas personas muy sufridas. Creen que hay una santa culpa y que es suya. En algunas partes de su ceremonia lo interiorizan con repetidos golpes de pecho, es algo que con el paso de los años indefectiblemente creerán. Con una alta frecuencia depositan el punto de control, necesario para cualquier vida sana y productiva, fuera de sí mismos. Hay que rezar para salir de la crisis, los caminos del señor son inescrutables, todos somos originariamente pecadores.
¿Te hace ser mejor el pensar que el Dios al que adoras es diferente del que adoran otras personas en otras partes del mundo? ¿Es mesurable la cantidad de fe que una persona profesa? ¿Somos las personas, unas más espirituales que otras? ¿Es realmente necesario que haya intermediarios entre Dios y cada uno de nosotros? ¿Es realmente necesario formar parte de una religión para comprender la espiritualidad del mundo o el milagro de la vida? Si Dios está en todos y cada uno de nosotros ¿por qué alguien ha de decirte cómo tienes que comunicarte con él?
La comunicación con Dios, se acerca muco más a un éxtasis que a cualquier sermón de la misa o cualquier confesión con esos emisarios o intermediarios de Dios. No solamente Dios está en todos y cada uno de nosotros, también todos nosotros estamos en Dios y de la misma manera todos estamos en todos.
La comunicación con Dios, se acerca muco más a un éxtasis que a cualquier sermón de la misa o cualquier confesión con esos emisarios o intermediarios de Dios. No solamente Dios está en todos y cada uno de nosotros, también todos nosotros estamos en Dios y de la misma manera todos estamos en todos.
