ESTAFAS EN TIEMPOS DE CRISIS

En estos tiempos en que vivimos, y con la crisis que estamos padeciendo, proliferan las estafas, los timos, los engaños... Pero algunas nos dejan sin aliento y, a veces, incluso sin saber qué hacer o qué decir.
Hace unos días llamé a una empresa de renombre en toda la provincia para que me hiciesen unas reparaciones en un pueblecito de Maceda, a 38 kilómetros de la capital. Más concretamente a esa distancia de la zona de A Rabaza, que es por donde tiene las oficinas la empresa reparadora. Fueron el viernes y tardaron menos de una hora en reparar lo que estaba estropeado. Me envían la factura y me presentan en ella seis horas de mano de obra y vehículo, lo que supone que según sus cálculos tengo que pagarle por el desplazamiento cuatro horas de oficial a la friolera de 44 euros más IVA por cada una. Ir de la Avenida Buenos Aires a la parroquia de Castro de Escuadro en Maceda, 207 euros; si no me he equivocado, eso es lo que dicen tengo que pagar de desplazamiento.

Cuando hablamos con ellos para el trabajo nos dijeron máximo sobre 400 euros, y ahora la factura sube casi a los 500. Claro que nos lo dijeron por teléfono, y no por escrito.

Con esas formas de actuar en estas épocas de crisis no me extraña la cantidad de anuncios que hacen en la radio, la flota de vehículos nuevos que tienen por la carretera...

Claro que es curioso que una furgoneta con menos de cuatro años tarde una hora en hacer 38 kilómetros. Además, los operarios dijeron tener prisa, que iban a otro servicio allí cerca, con lo cual el tiempo de retorno que me presentan al cobro a mí coincide con el de ida del siguiente cliente. Así, una jornada laboral de 10 horas trabajadas se convierte en 14 o 15 facturadas. Tal vez Hacienda debería hacer auditorías y otras investigaciones a estas empresas.

Así que ya saben, mucho ojo antes de hacer un trabajo, las cosas claras y presupuesto por escrito; si no, no lo hagan. En mi caso, por los horarios y los tiempos creo que los empleados se pararon por el camino en algún negocio de hostelería y el patrón también quiere que yo le pague ese tiempo perdido.

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