UNA FORMA DE ESCLAVITUD

Si algo tuvo de positivo para el ciudadano de a pie las denuncias sobre los casos de espionaje de Snowden o Manning, es que nos han alertado sobre un control exhaustivo sobre nosotros y nuestra vida por parte de las fuerzas de seguridad del Estado e incluso por empresas y particulares. Y eso parece ser una razón por la que los piratas informáticos están siendo tan solicitados últimamente por empresas o particulares espiados por disponer de medios que no pueden controlar las Fuerzas de Seguridad del Estado.
Como la gran mayoría no podemos contratar a un pirata informático, sólo nos queda pedir no vernos convertidos en objetivo de su investigación. Yo no dudo de que si lo hacen es por nuestro bien: sed buenos y no pasará nada, parece ser el mensaje. Pero cuidado, porque la vigilancia es una forma de esclavitud con el particular de que las cadenas de antaño han sido sustituidas por la tecnología. Si de por sí es difícil pasar desapercibidos hoy en día, por la cantidad de recursos para meterse en nuestra intimidad, se sabe de la existencia de programas informáticos que permiten el acceso a nuestro correo electrónico, o a nuestras cuentas corrientes, sin limitación. Al margen de ello, nuestra contraseña es facilitada frecuentemente por motivos de seguridad a las Fuerzas de Seguridad del Estado. En estas condiciones da la impresión de que estamos viviendo una paranoia colectiva llamada vigilancia a manos de instituciones o gentes que no conocemos de nada.

Te puede interesar
Más en Cartas al director