Sí, señoras y señores lectores, para los que no lo sepan, dos o tres miércoles al mes se organiza un premio de velocidad en las instalaciones de la Dirección General de Tráfico sitas en Santa Cruz de Arrabaldo.
El premio, que consiste en obtener el permiso de conducción de motocicletas, se consigue si se superan varias pruebas, a cual más ridícula y de nula efectividad. A las estadísticas de accidentabilidad de motos me remito. Pero lo que a mi me revuelve en este momento las vísceras es la prueba de velocidad, consistente en realizar un tramo de obstáculos en menos de 24 segundos, lo que obliga a exprimir las motos para conseguirlo, teniendo en cuenta que quizás sea el momento que más nervioso y en tensión se sube uno a estos vehículos: temeridad, insensatez, incoherencia. Se premia la velocidad, las subidas de adrenalina, para que posteriormente Pere Navarro se dedique a perseguir y sancionar estas mismas imprudencias, alertando a todos los ciudadanos de la peligrosidad de las motos que estropean sus estadísticas los fines de semana. Cursos de seguridad vial, tutorías de conducción sensata, como en otros países de nuestro entorno, se me ocurren como alternativas a este fiasco, que por tocar una chapa o pasarse un segundo del tiempo, constituya el criterio de valoración de la pericia como piloto. Vergonzoso y muy, muy peligroso.
Bueno, debo dejarles pues mi hijo está ingresado en el CHUO esperando que le operen de las fracturas de tibia y peroné producidas como consecuencia del accidente sufrido en este circuito, queriendo ahorrarme la renovación de las matrículas de examen en caso de suspender y darme una alegría, que por supuesto ha conseguido, pues dice no querer saber más de motos.
DEDICADO A MI HIJO LUCAS, CON CARIÑO.
Bueno, debo dejarles pues mi hijo está ingresado en el CHUO esperando que le operen de las fracturas de tibia y peroné producidas como consecuencia del accidente sufrido en este circuito, queriendo ahorrarme la renovación de las matrículas de examen en caso de suspender y darme una alegría, que por supuesto ha conseguido, pues dice no querer saber más de motos.
DEDICADO A MI HIJO LUCAS, CON CARIÑO.
