La Ley de Muerte Digna es eutanasia encubierta

En estos días se ha aprobado un documento por la Conferencia Episcopal, en el que se denuncia la 'puerta abierta a la eutanasia' en el actual  proyecto de ley sobre el final de la vida que está preparando el Gobierno. Son unos 'coladeros' ocultos bajo el texto legal: 'Se deja la puerta abierta a ciertas omisiones voluntarias que pueden causar la muerte o que buscan su aceleración'. Además, 'se señalan algunas conductas eutanásicas a las que se daría cobertura legal, como la posible sedación inadecuada, el abandono terapéutico o la omisión de los cuidados paliativos'.
Este deficiente proyecto de la Ley de Muerte Digna no reconoce el derecho a la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios. También se denuncia la filosofía de fondo que 'parece sostener implícitamente que una vida humana puede carecer de dignidad tutelable en el momento en que así lo disponga autónomamente la parte interesada e incluso eventualmente un tercero'.

Insisten los obispos en que la vida de cada persona es sagrada y que las leyes garantizar su cuidado. Presentarán también un nuevo modelo de testamento vital, una versión actualizada del presentado hace algunos años. También afirman que esta ley 'no debe ser obedecida' y que se debe procurar 'con todos los medios democráticos disponibles, que sea abolida, modificada o bien no aprobada'. 'Las leyes que toleran e incluso regulan las violaciones del derecho a la vida', continúa el texto. Esas leyes ponen en cuestión la legitimidad  de los poderes públicos que las aprueban'. Algunos creen que la eutanasia es un derecho. Nada más falso de la realidad. Existe el derecho a vivir, pero no a morir ni a matar. La cultura de la muerte es impropia de una sociedad civilizada. En ésta sólo cabe la cultura de la vida. La eutanasia es una derrota personal de quien la teoriza, la decide y la practica.

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