POLÍTICA DE FICCIÓN

Más de la mitad de los españoles (56,1 por ciento en una encuesta realizada en el mes de julio y con muestra de 2.484) califica la gestión del Partido Popular como 'mala' o 'muy mala', pero tampoco se salva la oposición, un 57,6 por ciento no está satisfecho.
Los que en la transición eran mirados como 'salvadores' hoy son la primera preocupación de los ciudadanos. Y es que creen que los ciudadanos son menores de edad, que se les puede seguir engañando.

El Estado de bienestar se desmorona por exigencias de una ideología ancestral que potencia las desigualdades como agente de la dinamización social. Los mercados no son eficientes y el sistema político no corrige sus fallos, al contrario, profundiza en las desigualdades.

Está lejos el día en que los partidos políticos se den cuenta de que de lo que se trata es de reformar el sistema político, reformar lo necesario: las instituciones de un sistema justo, respetuoso con la libertad de todos.

Estamos en un mundo de locos: ajustes mal cuantificados, exageraciones hiperbólicas de austeridad, incapacidad total para cumplir con los objetivos de estabilidad... El problema es por cuánto tiempo se pueden mantener políticas que no producen mejoras y que son rechazadas de forma mayoritaria. Cuando el político declara que la realidad le supera, está pidiendo su relevo. Lo que en un momento era un leve susurro de una minoría, aparece ahora como noticia principal en medios de comunicación de gran tirada.

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