LOS SACERDOTES Y LA POLÍTICA

Es difícil escribir tantos disparates y falsedades como hicieron algunos estos
días, a propósito de un sacerdote, conceial de A Gudiña. El sacerdote, si no está en comunión con el obispo, al que prometió obediencia en la ordenación, no es nada. El código de derecho canónico que le obliga dice en los cánones 285 y 287 que el sacerdote no puede ejercer la política. Tampoco ningún juez, militar o policía, en activo, pueden hacerlo. Hace algunos años, el cura de Cospeito, en la provincia de Lugo, tuvo que renunciar a concejal del Partido Popular, obligado por el obispo. Aquí hubo otros dos que tuvieron que dejarlo, y lo hicieron sin problemas.

Hay faltas que los feligreses perdonan al sacerdote como hombre, pero él debe evitar singularidades en lo bueno y en 1o malo. Dicen algunos feligreses que no irán a misa si no vuelve ese sacerdote. ¿Qué fe profesan esos feligreses? Si van por el cura, lo pierden casi todo, y poco favor le hacen con esas manifestaciones. Cuando el obispo lo trasladó de A Gudiña, se manifestaron ante el Obispado bastantes personas, que poco asistían a misa, pero eran de un determinado partido político en su mayoría; ahora puede pasar algo parecido.

El obispo es el responsable de la diócesis, y nunca he visto uno que trasladase a un sacerdote a petición del alcalde, ni de otros feligreses. Sí vi ejemplos donde no les hizo ni caso. Hablar del Constitucional, o llamar la atención al obispo por cumplir con su deber supone una gran ignorancia, y equivocación. Si el sacerdote actúa en política con un determinado partido, ¿qué confianza pueden tener en él los feligreses que militan en otros partidos?

Esta es mi reflexión sin juzgar para nada al sacerdote.

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