TREINTA AÑOS DE DESENTENDIMIENTO EDUCATIVO

Hace unos treinta años, estando la UCD de Suárez en el Gobierno y Otero Novas de ministro de Educación, se aprobó la primera ley orgánica educativa de la democracia por la que se regulaba el Estatuto de Centros Escolares (LOECE). De corta vida, puesto que al obtener los socialistas la mayoría absoluta en 1982, la derogaron. Incluso hay quienes la olvidan en nuestra historia educativa reciente, como si no hubiera existido.
La dieron 'caña' -como vulgarmente se dice- la Federación de Padres 'Giner de los Ríos', sindicatos de enseñanza, coordinadoras de estudiantes, juntas de distrito, el PSOE, y otros movimientos calificados de 'soviet escolar'. Los socialistas plantearon un recurso de inconstitucionalidad. Luis Gómez Llorente, portavoz del grupo socialista en la Comisión de Educación del Congreso, la calificó de autoritaria y privatista. La izquierda clamaba 'contra la política de privatizaciones de la enseñanza, contra el poder absoluto de los órganos unipersonales de dirección, contra el control ideológico de los centros por parte de los propietarios, y especialmente contra su 'ideario'.

El anterior ministro de Educación, Gabilondo, cuando el Estado había traspasado casi todas sus competencias en materia educativa a las comunidades autónomas, intentó conseguir sin éxito un pacto educativo, que debió lograrse mucho antes, para no permitir que varias generaciones se educaran sin el amor y nexo hacia España como destino común. Y así nos va, porque desde entonces se han sucedido leyes orgánicas de derecha y de izquierdas, propiciando los diecisiete sistemas educativas que tenemos, un fracaso escolar constante, y voces de secesión.

La Educación es básica para articular a una nación. Hablan de que España es un gran país, pero a muchos no les importa empequeñecerlo con tanto desentendimiento educativo.

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