Entre el 18 y 25 de enero, los cristianos de las diferentes confesiones coincidimos en una misma plegaria: Padre, que todos seamos unos. ¿Por qué esta coincidencia? Porque nos duele constatar que los discípulos, llamados a formar una sola Iglesia, estamos divididos en muchas: la católica, la ortodoxa, la anglicana, los protestantes etcétera. Lo triste es que teniendo tantas cosas en común, hayan vivido durante siglos no sólo separadas, sino incluso enfrentadas y persiguiéndose mutuamente. Pero el Espíritu de Dios, que es Espíritu de unidad, no ha cesado de actuar. Por eso, los hombres de las diferentes iglesias han logrado que coinc
¿Por qué esta coincidencia? Porque nos duele constatar que los discípulos, llamados a formar una sola Iglesia, estamos divididos en muchas: la católica, la ortodoxa, la anglicana, los protestantes etcétera. Lo triste es que teniendo tantas cosas en común, hayan vivido durante siglos no sólo separadas, sino incluso enfrentadas y persiguiéndose mutuamente. Pero el Espíritu de Dios, que es Espíritu de unidad, no ha cesado de actuar. Por eso, los hombres de las diferentes iglesias han logrado que coincidamos ocho días al año en una misma plegaria por la unión, iniciativa que ha dado excelentes resultados. Porque hoy ya somos capaces de orar juntos, de encontrarnos amistosamente, de hablar claro de nuestros problemas y de llamarnos hermanos. Desde aquí invito a la Iglesia Diocesana a seguir celebrando el octavario de oración por la unidad de todos los cristianos.
