valores a la baja

Las calles de Madrid, Andalucía y otras comunidades son ahora mismo el escenario de un descontento social no necesariamente promovido a través de organizaciones sindicales que representan los intereses de los trabajadores en general.
No. La situación ha trascendido ese ámbito. Y lo sucedido ante el Congreso lo acredita. Tal vez el propio ejecutivo debería hacer gestos hacia los ciudadanos, demostrando que, más allá de los duros recortes, se preocupa de ayudar. En definitiva, algún gesto en lo referente a políticas sociales y hacia esos ciudadanos que peor lo están pasando, incluyendo grandes dosis de firmeza, a los que sólo les llega el mensaje de la corrupción y los delitos económicos. Ante un futuro de exclusión social en el que siempre pagan los débiles, el primer gesto podría ser perseguir esa corrupción y abusos que desde el propio ejecutivo se toleran. Por lamentable que parezca, no parece que ese vaya a ser el camino a seguir, y pongo como ejemplo el caso de la recién nombrada presidenta de la CMV: tiene cinco pisos en Madrid y cobra casi dos mil euros en dietas por desplazamiento. En estas condiciones, la moralidad, honestidad o humildad de ciertos políticos debería ser ejemplo de una conducta institucional que brilla por su ausencia, además de cobrar un dinero que no les corresponde.

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