La ausencia de dos ediles del PP da vía libre al presupuesto

El gobierno en minoría celanovés sacó adelante ayer el presupuesto para 2022 por 3,9 millones de euros. La ausencia por motivos laborales de dos de los seis concejales del PP propició que los votos de Celanova Decide (cuatro ediles) y PSOE (dos), fueran suficientes para aprobar las cuentas, duramente criticadas tanto por el PP de José Luis Ferro como por el único edil del BNG, Leopoldo Rodríguez. 

“Sorprendeunos a ausencia das dúas concelleiras do PP, o sentido do seu voto, non”, dijo al término de la sesión el alcalde Antonio Puga, quien confirmó que el BNG ni quiso participar ni aportar nada en la elaboración de los presupuestos y que ambos partidos sabían que, de no prosperar ayer la votación de los presupuestos, presentaría una moción de confianza.

“A aprobación non foi elegante. Nós estabamos decididos a votar en contra dos orzamentos e os hubéramos tumbado”, trasladó el “popular” José Luis Ferro quien, ante los mecanismos legales que manejaba el regidor y la nula posibilidad de llegar a un acuerdo con el BNG para propiciar una moción de censura, optó por no plantear siquiera un cambio de fecha del pleno para facilitar la asistencia de las dos ediles, una de ellas de viaje fuera de Galicia. 

Las partidas, que ascienden hasta los 3,9 millones de euros, se destinarán mayoritariamente a hacer frente al funcionamiento ordinario del consistorio, destinando 118.000 euros a inversiones reales que permitirán crear cuatro parques infantiles, realizar mejoras en la iluminación, accesibilidad y señalización horizontal, así como el embellecimiento de los contenedores.

El portavoz de Celanova Decide (CD), Javier Fernández, destacó el incremento del presupuesto y también el montante destinado a inversiones, “son das mellores dos últimos anos con fondos propios”, dijo, dejando la puerta abierta a la incorporación de otras obras que se han presentado a diferentes subvenciones para mejorar el día a día y las necesidades de los vecinos.

El PP criticó que solo se destine a inversiones el 3%. “Son uns orzamentos malos, mediocres e carentes de investimentos que vaian a construír o fundamental, o crecemento de Celanova”, dijo Ferro Iglesias, quien echó en falta las obras aprobadas el año pasado con cargo al remanente de Tesorería y que están aún sin ejecutar como la mejora del campo de fútbol, de la zona de As Triguerizas o la compra de la parcela conocida como “horta do cura”.

Actuaciones que la portavoz socialista, y miembro del gobierno local Teresa Barge, le contestó que están comprometidas e incluidas en los créditos. “Tantos anos aquí e que non saiba ler os orzamentos”, le dijo.

Para el nacionalista Leopoldo Rodríguez los presupuestos denotan “ausencia de xestión política. Ningunha idea, nin estratexia”, dijo en una crítica intervención donde tildó de “caos” la gestión municipal y criticó la ausencia de inversiones para el rural. “Vostede debería presentar a súa dimisión e non unha moción de confianza”, le dijo  al alcalde. 

En el transcurso de la sesión plenaria se aprobó el plan anual de subvenciones dotado de 235.800 euros y la denominación del ramal de acceso a la autovía como calle “O Gaiteiro de Penalta”.

Sin consenso en el debate sobre la peatonalización del casco histórico

La sesión se cerró con un debate sobre la peatonalización en el que la oposición trasladó el malestar de una parte del comercio e instó a que se lleve a cabo una mesa con expertos y afectados para buscar soluciones de consenso.

El nacionalista Leopoldo Rodríguez tildó de “chapuza” y “fracaso evidente” la propuesta actual y el PP pidió revertir la situación a la espera de consensuar un proyecto “serio e coherente”, que implique un plan de dinamización y la apertura de nuevas calles.

El gobierno local se mostró dispuesto a escuchar propuestas que contribuyan a seguir mejorando la peatonalización, “un proceso lento, pero bo para Celanova”, dijo Javier Fernández (CD) quien no cree que los males del comercio vengan de ahí.

La socialista Teresa Barge cree que la mayoría ciudadana no esté en contra del proceso y que, a un año de elecciones, se usa de “arma” política.