El Museo do Pobo Galego mostrará hasta el 31 de agosto un total de 71 piezas del Laxeiro informalista que permiten realizar un recorrido por la etapa más experimental del artista lalinense, coincidiendo con el centenario de su nacimiento.
Así, la exposición 'O Laxeiro informalista na colección Alcalde-Varela' inicia el segundo semestre de actos programados por la Fundación Laxeiro con motivo del centenario del nacimiento del artista gallego, según destacó en rueda de prensa el comisario de la muestra y director de la Fundación Laxeiro, Javier Pérez Buján.
En este sentido, comentó que se realizó una selección más experimental y arriesgada que, según añadió, narra una evolución entrañable. Además, indicó que se trata de una exposición espartana que está sin adornos --no tienen marcos-porque las piezas se van a defender por ellas mismas.
Las obras expuestas, pertenecientes a la colección privada de la familia Alcalde-Varela, se remiten a un Laxeiro arriesgado, experimental y que no tenía miedo a reinventarse, subrayó el comisario de la exposición, quien avanzó que la próxima semana comenzará otra muestra en Vigo y que en septiembre llegará al Parlamento de Galicia.
El presidente del patronato del Museo do Pobo Galego, Isaac Díaz Pardo, reivindicó la labor de Salvador Alcalde, propietario de la colección, por recoger pinturas de Laxeiro. Asimismo, valoró el arte comprometido del artista lalinense del que dijo que tiene un vínculo con la cultura románica de Galicia.
El nieto de Laxeiro y secretario general de la fundación con el mismo nombre, Carlos García Suárez, apostó por que la figura de su abuelo siga haciendo de nexo entre ciudades, pueblos y países como lo hizo en vida y recalcó que se trata de una muestra con óleos y acuarelas que ofrece una visión muy acertada de las diferentes visiones de la faceta de Laxeiro.
DOS PARTES.
La exposición está estructurada en dos partes. Así, por una parte se puede ver una treintena de pequeños dibujos y bosquejos que acercan a un Laxeiro procesual, íntimo, dibujante compulsivo que pensaba con la mano, con la misma acción de pintar. A ellos se suman otras 41 piezas pictóricas en las que se mueve una abstracción gestual y una figuración irónica y crítica.
En esta ocasión los gaiteros, verbenas, romerías, duendes y retratos de tipos populares no tienen cabida en esta exposición que muestra a un Laxeiro más cosmopolita, tras su estadía en Buenos Aires en 1951. Así, en estas obras el color y la mancha adquieren un protagonismo mayor en detrimento de la línea y el dibujo.
Con todo, la muestra completa el periplo que durante todo el año la Fundación Laxeiro está llevando a cabo por la obra del pintor, y que mediante diferentes exposiciones, recoge las facetas diversas del artista gallego.
En este sentido, comentó que se realizó una selección más experimental y arriesgada que, según añadió, narra una evolución entrañable. Además, indicó que se trata de una exposición espartana que está sin adornos --no tienen marcos-porque las piezas se van a defender por ellas mismas.
Las obras expuestas, pertenecientes a la colección privada de la familia Alcalde-Varela, se remiten a un Laxeiro arriesgado, experimental y que no tenía miedo a reinventarse, subrayó el comisario de la exposición, quien avanzó que la próxima semana comenzará otra muestra en Vigo y que en septiembre llegará al Parlamento de Galicia.
El presidente del patronato del Museo do Pobo Galego, Isaac Díaz Pardo, reivindicó la labor de Salvador Alcalde, propietario de la colección, por recoger pinturas de Laxeiro. Asimismo, valoró el arte comprometido del artista lalinense del que dijo que tiene un vínculo con la cultura románica de Galicia.
El nieto de Laxeiro y secretario general de la fundación con el mismo nombre, Carlos García Suárez, apostó por que la figura de su abuelo siga haciendo de nexo entre ciudades, pueblos y países como lo hizo en vida y recalcó que se trata de una muestra con óleos y acuarelas que ofrece una visión muy acertada de las diferentes visiones de la faceta de Laxeiro.
DOS PARTES.
La exposición está estructurada en dos partes. Así, por una parte se puede ver una treintena de pequeños dibujos y bosquejos que acercan a un Laxeiro procesual, íntimo, dibujante compulsivo que pensaba con la mano, con la misma acción de pintar. A ellos se suman otras 41 piezas pictóricas en las que se mueve una abstracción gestual y una figuración irónica y crítica.
En esta ocasión los gaiteros, verbenas, romerías, duendes y retratos de tipos populares no tienen cabida en esta exposición que muestra a un Laxeiro más cosmopolita, tras su estadía en Buenos Aires en 1951. Así, en estas obras el color y la mancha adquieren un protagonismo mayor en detrimento de la línea y el dibujo.
Con todo, la muestra completa el periplo que durante todo el año la Fundación Laxeiro está llevando a cabo por la obra del pintor, y que mediante diferentes exposiciones, recoge las facetas diversas del artista gallego.
